No bajes los brazos. Niégate a darte por vencido. Algunos dicen: "No me rindo tan fácilmente", pero otros dicen: "No me rindo".
No importa lo difícil que parezca la situación, si eres capaz de no rendirte, lograras tu conquista.
Sigue adelante. No renuncies por nada ni por nadie. La gente y las circunstancias pueden detenerte temporalmente, pero solo tu puedes detenerte definitivamente.