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Me había levantado temprano para ir a la cafetería, era sábado y miss b me lo había pedido ayer, le dije que si de todas formas no tenía planes.

Mientras me dirigia para la cafetería después de salir de mi departamento que a diferencia de los demás estudiantes de la universidad yo no dormía en el campus universitario.

Entre en la cafetería y vi a miss b haciendo cafés, dando bollos ella sola e inmediatamente me puse el delantal para ayudarla, la verdad la mañana transcurrió rápida entre café y café, ya era casi la hora de comida todavía no tenía pensado que comer pero entonces me tocó atender una mesa en ella estaba un hombre muy atractivo vestido con ropa de correr y parecía que acaba de terminar de correr por que el sudor le caía de aquel pelo negro azabache y se arrastraba por su piel un poco tostada, aquel hombre empezó a llamar mi atención así que me dirigi a su mesa.
-hola, en que puedo servirle? - dije mirando aquellos ojos azules en los que no había reparado
-un esspreso americano con leche desnatada y una magdalena de arándanos, por favor- dijo reparando la atención en su móvil al terminar
-Si, claro en un segundo - dije y me dirigi a la barra.

Miss b ya no estaba en la cafetería se había ido a darle de comer a su marido Trébol, así que estaba sola en la cafetería con aquel hombre, hize el esspreso y cogí una magdalena, la verdad nunca había visto antes aquel hombre sería nuevo en la ciudad?.

-Aquí tiene señor - dije poniendo en la mesa el café y la magdalena sin mirarle.
-Gracias... Amy - dijo leyendo mi chapita en la que ponía mi nombre.
-a usted - y me fui detrás de la barra.

Empeze a observar como tomaba aquel café y mordía la magdalena, entonces pensé que desde que rompí con mi ex no había estado con ningún hombre y por eso este desconocido me revolucionaba las hormonas, deje de mirarle entonces sentí que me miraban y saque el móvil para mirar si tenía algún mensaje pero no había nada, para cuando alce la vista tenía aquel desconocido delante mio con una pequeña sonrisa que si no te esperabas en ver su expresión ni si quiera apreciarias
-Cuanto es señorita Amy? - pregunto
-son cinco con veinte señor - dije sosteniendo le la mirada.
-claro - dijo sacando un billete de veinte dólares y dándome lo.
-su cambio señor - dije mirándolo como se ponía la chaqueta deportiva
-quédatela hasta luego señorita Amy - dijo esto y salí por la puerta y le vi alejarse trotando.

Me guarde aquella sustanciosa propina y me dirigi a la mesa de aquel hombre para recoger la taza y limpiarla, al hacerlo vi una servilleta en el suelo y pensé que guarro no podía simplemente arreglarla y dejarla encima de la mesa, así que me apache y la cogí, le di la vuelta y era una nota que ponía "Que bella mirada y que linda sonrisa" y más abajo espero verla pronto señorita Amy y firmo con una K y esto me dejo pensando..

Solo 1 CmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora