Capítulo 7

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Intento abrir los ojos pero cada vez que lo hago me da mucho dolor de cabeza, estoy tan débil que moverme se me hace imposible, vuelvo a caer en un sueño profundo.

Despierto de nuevo, mi cuerpo sigue débil pero si puedo abrir los ojos, lo único que veo es el techo, intento mover la cabeza pero me doy cuenta que el dolor de cabeza persiste, aun así logro moverla un poco, veo que estoy en una "habitación", la pared es de madera, que a simple vista se ve podrida, al lado de la cama hay una pequeña mesa, ¿Dónde estoy?, pienso, giro la cabeza hacia el otro lado y me doy cuenta que estoy atada a la cama, me comienzo a desesperar pero estoy tan débil que vuelvo a caer en un sueño profundo.

-¿Dónde está?

-¿Y a ti que te importa?

-¿Dónde está? Maldita sea –me despierto sobresaltada.

-Cierra esa maldita boca –no reconozco esas voces, creo que vienen fuera de la "habitación" -¿quiere que te mate?

-Mátame, pero a ella no la toques –se escucha un golpe y todo se queda en silencio, con todas mis fuerzas me siento en la cama, momento, ¡ya no estoy amarrada!, -bien- susurro; en la pequeña mesa hay un vaso de agua, lo tomo ya que tengo mucha sed, tomo unos sorbos pero el vaso se me cae, me inclino un poco para levantarlo y me doy cuenta que el suelo es de arena, ¿arena?¿dónde estoy?, escucho que alguien viene así que me acuesto lo más rápido que puedo, me toma más de lo esperado pero aún sigo débil, cierro los ojos y escucho que alguien entra y se me acerca.

-Dulces sueños Sofí –siento como me inyecta algo y rápidamente caigo en un sueño profundo.

Despierto y otra vez estoy atada, pero ya no estoy tan débil, es como si hubiera dormido por días.

-¿Cuánto llevo aquí? –me susurro.

-Cinco días para ser exactos –escucho que la voz viene detrás de la cama.

-¿Quién eres? ¿Por qué estoy aquí? .pregunto mientras trato de ver quién es.

-Sofí, Sofí, siempre son las mismas preguntas –esa voz creo que la he escuchado antes.

-¿Dónde estás? Quiero verte, da la cara maldito infeliz.

-¿Realmente quieres verme?

-Sí.

-Está bien –siento como camina hacia mí y lo veo.

-Tú.

-Hola.

-Eres un maldito.

-Yo también me alegro de verte.

-¿Por qué me haces esto? ¿Por qué Mason?

-Saliste favorecida, este año era tu turno.

-Tú eras el que secuestro a las otras chicas ¿verdad?

-Eres muy inteligente Sofí.

-Y todos pensaban que era el profesor Rodríguez.

-Exacto, eso me ayudó mucho, todos sospechaban de ese idiota.

-Tú eres el idiota.

-Valla, valla, ahora defiendes al profesor, ¿Cómo es que le dices?, a cierto, el profesor detención.

-Él no me secuestro.

-¿Y cómo sabes qué no?

-¿A que te refieres?

-Nada linda –me toca la mejilla pero muevo la cabeza para que lo deje de hacer.

-No me toques, me das asco –él comienza a reír.

-Eso dijeron las otras.

-Eres un idiota, la policía me debe de estar buscando.

-Tienes razón, pero nunca te van a encontrar.

-Sí lo van a hacer.

-¿Y cómo estás tan segura?

-Marci.

-¿Marci? –pregunta divertido.

-Sí, ella de seguro te vio, ella le puede informar a la policía – él ríe más fuerte.

-Créame linda, Marci no te ayudara.

-¿Por qué?

-Sabes, ya estoy cansado de tus preguntas – y me da una cachetada.

-Maldito –le grito, él me toma el cabello y me lo jala.

-Calla –me grita -cierra esa puta boca.

-Suéltame –mis lágrimas comienzan a salir.

-Eres una estúpida – me vuelve a dar una cachetada.

-¡Auxilio! –grito -¡Auxilio!

-Nadie te va a escuchar linda.

-Alguien me va a encontrar.

-Estamos muy lejos de la ciudad.

-¿Dónde estamos?

-Te ves muy cansada.

-Responde la maldita pregunta.

-No vuelvas a decir tacos –me da otra cachetada.

-Suéltame, eres un maldito, suéltame.

-Tengo razón, te ves muy cansada –dice y se va de la "habitación"

-Mason –comienzo a gritar -eres un maldito, regresa, sácame de aquí –Mason regresa y trae algo en las manos -¿Qué es eso?

-Esto te ayudara a dormir –dice y me enseña una inyección.

-No por favor –yo le tengo miedo a las inyecciones.

-Tranquila linda, no te dolerá –me toma el brazo pero yo comienzo a moverme -estate quieta –grita.

-No Mason, por favor –comienzo a llorar pero él no me hace caso y me inyecta, mis ojos poco a poco se van cerrando.

-Dulces sueños Sofí.

Uno...Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora