Con el miedo en todo mi cuerpo y la mirada perdida en el horizonte.
Con mis pulmones desesperados y mi corazón latiendo gozoso.
Con la mente en blanco y los sentimientos en revolución.
Con el alma quebrantada y una sonrisa en la cara.
Con la sinfonía del silencio, con la soledad de la hojas de los árboles, solo cuatro metros arriba del suelo...
Subí temblando la escalera, que bien, ni siquiera los 3 metros supera; subí casi llorando y a el miedo burlando. Subí porque lo deseaba, subí a la azotea de mi casa porque conocerla anhelaba...
17 años con miedo a resbalar en uno de los escalones de esa escalera y no poder llegar a donde mi ser me ordenaba: a la azotea de mi casa.
Sonará estúpido para muchos, o infantil para otros tantos, pero... ¿que puedo hacer yo?
Ante mis ojos esto es un gran paso, hoy, he superado uno de mis "tontos miedos", hoy comprendí que el miedo, si lo deseamos puede ser superado.
Hoy he decidido comenzar a subir por la escalera de la vida, posiblemente me tome otros 17 años subir el doble de lo que subí hoy... Pero realmente creo que lo lograre, realmente quiero pensar que un día todos los miedos que me impiden avanzar los podré superar... ¡Realmente lo quiero pensar!
Y tenido una gran recompensa, una gran satisfacción, una pequeña gran pizca de orgullo hacia mi misma.
Y miren lo idiota que he sido...
Por ese miedo que tuve tanto tiempo, me perdí 17 años de los paisajes más humildes, cercanos y hermosos que he han podido apreciar mis ojos