Capitulo 4: Sorpresa, sorpresa ¡Villano en la puerta!

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Era la decimo quinta vez, que "accidentalmente" había cruzado con Dann y ya comenzaba desesperarme. No se confundan, no es que en el pasado nunca lo haya asechado, porque bueno si lo he echo. Pero ahora las cosas eran distintas. Había pasado de ser una asechadora a la distancia, para ser una... Asechadora frente a sus narices. Si, menudo cambio el mío.

De todas forma no había caso, él chico prestaba menos atención al mundo que yo a la astrología. Estaba que me devanaba los sesos tratando de crear alguna forma para acércame a él.

Ni siquiera había tenido la suerte de compartir alguna clase con él.

Oprah si estas escuchando, no me la estas haciendo muy fácil acá abajo ¡eh! que conste. Y ella que se veía toda chula y buenita.

¿En que me quede?.. A si claro, con el que si me había tocado compartí clase fue con James, uno del grupito de Dann. Para ser exactos eran tres chicos con los que siempre lo podías ver. James que parecía el mas tranquilo y el que menos llamaba la atención. Matt el tio que siempre estaba de fiesta en fiesta, y donde haya problemas él estaría. Y por ultimo Jack, este era como el mejor amigo de Dann o así yo lo veía, ya que era el único que lo hacia reír cada tanto. Porque Dann no era conocido por andar por ahí a pura sonrisa. No. Siempre estaba con su expresión seria y actitud de "soy un tio problemático y misterioso, no te metas con migo". Pero Jack, lograba sacarlo de ese molde para que el mundo vea su hermosa y desmalladora sonrisa, y no era de extrañar que lo lograra, ya que siempre fue conocido por meterse en problemas por las bromas pesadas que hacia.

Una ráfaga de viento azoto mi cabello elevando un poco mi falda, y agradezco que mi falda no es tan corta o ya se me hubiera visto hasta la espalda. Acomode mi cabello tratando de arreglar lo que el viento había cagado. Porque no soy de esas chicas que las ráfagas de vientos las hace lucir todas sexys y despampanante. No, a mi solo me dejan con un nido de aves de los mas feos. Seguí caminando por el césped pensando que quizás la forma mas simple de llegar a Dann era usando la treta mas vieja, habida y por haber. Así es, el típico tropiezo. ¿Que?, tiempos desesperados requieren medidas desesperadas. Aparte ya ha quedado claro que eso de las caídas se me da bien, tal vez seria hora de sacarle jugo al asunto. Hasta podría llegar ha ser una doble de riesgo en caídas ¿eso existira?.

—Hoye guapa ven aquí, te podrías divertir.

—¿Eh? —me di vuelta para confirmar si me hablaban a mí. Porque nunca nadie me hablaba a mi, pero uno nunca pierde las esperanzas ¿no?.

No era posible.. Lo había conseguido, al fin había dejado de ser invisible. Por que si, su mirada estaba puesta en mi. No, no era Dann, era uno de sus amigos, Matt y me estaba hablando a mi, repito a ¡MI!.

Me acerque a ellos sin dudarlo, pero algo iba mal. Y la risa de la vocecita esa molesta empezó a resonar por cada centímetro de mi cerebro y juro que era de lo mas irritante que he escuchado.

—¿Entonces qué?— dije ya con la sonrisa borrada. Ni yo sé porque hable tan borde, últimamente mi humor es mas inestable que el plutonio. Él me observaba totalmente asombrado. Sin dar crédito alguno.

No me digan que a la final no me hablaba a mi y estoy aquí haciendo de idiota.

—Bueno.. podemos ir..—comenzó a hablar.

>Si serás lenta Amelia, él no te estaba llamando realmente, solo estaba de baboso y ahora debe estar pensando que aceptaste su propuesta de...bueno tu sabes>.

—¡No voy a tener sexo contigo! —. Solté interrumpiéndolo sin pensarlo, con total desagrado mas del que tendría que haber mostrado, porque el tio no es nada feo, de echo parece mono con su chamara de cuero y sus ojos avellana. Pero ninguno se compara con Dann punto.

De nerd a chica malaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora