---- Está bien, pero...---- comenzó a protestar la voz de Hanna al otro lado de la línea.
Mattiana roló los ojos evidentemente desesperada tratando de comprender en vano los cambios tan extraños de su amiga.
Internamente pensó en que de no ser porque había sido la única de sus antiguas amigas que no le había dado la espalda cuando su vida como reina del instituto terminó, a estas alturas ya habría dejado cuando menos de seguirla en sus alocadas ideas. Pero bueno, ahí estaba ella justo entonces, haciéndole caso de nueva cuenta, tolerando el pitido interminable de los coches a su alrededor.
---- ¿Por qué me da la impresión de que no quieres que vaya? ---- decidió finalmente interrumpirla antes de que la batería de su móvil se agotara. Si es que a ese pequeño ladrillo con pantalla de a blancos y negros se le podía catalogar así.
Aunque después de todo, si las cosas marchaban realmente bien y tenía éxito, era probable que lo primero que haría con su anhelada paga, sería invertir una buena parte de ella en un móvil nuevo. Aunque claro estaba que eso vendría después de que pagara el alquiler y le pusiera un poco más de combustible a su viejo Mustang.
---- No es eso, Tiana... es solo que... bueno, no quiero que te sientas comprometida, ¿vale?
Mattiana suspiró resignada antes de darle contestación.
---- Tú misma dijiste que era una buena oportunidad para iniciar así que no planeo dejarlo. Entre el alquiler y la gas apenas y logro respirar. Lo necesito de cualquier modo.
Y vaya que lo necesitaba. A punto estaba de darse de bofetadas al recordar la razón por la cual había quedado desempleada. Obviamente agradeció de sobremanera el tener las manos ocupadas sobre el manubrio de su coche para evitar propinarse aquel merecido castigo. Y a la luz verde del semáforo más que nada.
---- Hanna...---- volvió a llamarle al adivinar sus intenciones de ofrecerle dinero de nuevo.---- Me va bien. Sé que la edición no es mucho lo mio pero por algo he de empezar.
----Lo siento, ¿sabes?
----Hanna... no es el fin del mundo. Venga, que estoy muy agradecida contigo por haberme conseguido esta entrevista, ¿vale?
----Es que tú sabes cómo es Tom y...---- volvió a intentar dar réplica.
----Han pasado siete años, por Dios. No creo que siga siendo el mismo gilipollas.
O al menos eso era lo que Mattiana quería creer. Y le convenía creer.
Todos decían que el tiempo era un buen consejero y sobre todo un buen maestro, así que ella realmente esperaba que eso fuera en verdad cierto y Thomas Sweden no fuera la excepción, porque nadie quiere llevarse fatal con su posible jefe, ¿a que no?
----No sabes lo que dices. ---- intentó advertirla su amiga al otro lado de la línea.
----Es probable pero eso no lo sabremos hasta que hable con él, así que relájate y deséame mucha suerte, ¿vale?
----Vale.
---- Ya, ahora te cuelgo que si me ve el poli que tengo a unos metros seguro no se porta tan bueno. Te llamo pronto. ---- prometió cortando veloz la llamada justo cuando la luz roja del semáforo le marcaba el alto y ella se apresuraba a deshacerse del manos libres arrojándolo justo sobre los asientos traseros.
Sonrió tensa al ver que su auto había quedado justo a lado del agente vial, quien al parecer la había visto infringiendo despreocupadamente las reglas de tránsito, ya que el modo nada disimulado en que su cuello se izó intentando husmear el interior de su coche, no hizo más que ponerla de los nervios hasta antes de recordar que no había nada que la incriminara.
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La Profecía Completa Acerca de la Nerd
DiversosFue en un Agosto de 2004 cuando la vida de la gran Mattiana Coldwell colapsó: corona, amigos y popularidad fueron vilmente destruidos y enterrados veinte metros bajo tierra junto con su magullado orgullo y un poco de su corazón. La profecía de la n...