Capítulo I

5.7K 564 105
                                    

Hace un mes... en una conversación grupal de WhatsApp.

Libertad: Esta es mi última carrera, lo prometo, niñas, hace años que no lo hago, pero solo tengo que hacerlo una vez más. Será mi despedida de las pistas.

Grettel: ¡Pero es que te puedes matar por Dios, Libertad!

Libertad: Grettel, no te preocupes, pero si me pasa algo, quiero que...

Caro: ¡¡¡No te va a pasar nada, porque no te subirás a ese puto auto!!

«Como si pudiera detenerme atravesando el celular, ¡já!», pensó Libertad.

Paloma: Por favor cuídate, Liber... y que esa tarada no te vea ni el polvo.

Libertad: Sí, sí me voy a cuidar.

Denisse: Nos llamas apenas termines con tu carrera, sino te vamos a colgar.

Caro: Liber... me estás haciendo llorar, avísanos apenas termines. ¡NI UN MINUTO MÁS!

Libertad: Ya, niñas, me llaman por acá, les aviso cualquier cosa.

Paloma: ¡Suerte!

Caro: ¡Llámanos!

Denisse: ¿Ya se fue Liber?

*****

A esa misma hora en una carretera a las afueras de Santiago...

Libertad estaba al volante esperando a que su copiloto llegara, estaba nerviosa, sus amigas le pusieron los nervios de punta, aún más si eso era posible. Ya estaba casi arrepentida de haberles contado sobre su última carrera clandestina. De haber sabido que se iban a poner como locas y fatalistas, mejor se hubiera guardado el secreto.

Prácticamente todo estaba listo, solo le faltaba su copiloto, que estaba tardando bastante en llegar.

—¡Maldito!, por qué no llega nunca a la hora —rezongó Libertad harta del atraso. Odiaba la impuntualidad con todo su corazón, tanto como Gargamel odiaba a los Pitufos.

Todo era un enredo, ni siquiera se dio cuenta de cómo Marcos, su ex, llegó a ser su copiloto.

Marcos, ¡qué gran hijo de puta!, si hacemos un resumen de lo que fue su relación podríamos decir que:

Él y Libertad vivieron juntos un par de años, cuando comenzaron su relación ella tenía veintidós años y él veintisiete. Marcos le exigió a ella que dejara de competir, a lo cual ella accedió por amor. Todo fue muy bonito durante el primer año, hasta que de la nada Marcos empezó a portarse como un patán, la inexperiencia de Libertad en ese entonces, le jugó una mala pasada. Las cosas no resultaron, peleaban por todo y las discusiones comenzaron a salirse de madre, y para rematar su fallido «felices para siempre», Marcos cerró con broche de oro su relación con una infidelidad.

Con la hija de la mejor amiga de la madre de Marcos.

A la cual veía todos los santos días.

Y tenía fama de putilla. Hasta nombre de putilla tenía, Deyanira (pongan énfasis arrastrando la silaba «ya»).

Libertad quedó destruida, hecha polvo.

Apenas ella se enteró de todo dejó el hogar común, y Marcos inmediatamente empezó una relación formal con Deyanira, total, ¿para qué perder el tiempo, no?

[A LA VENTA EN AMAZON] Libertad (#2 Contemporánea)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora