Eran las 12 de la noche. Una hora bastante buena para salir a fumar un cigarro al balcón. Abrí la puerta corredera de mi habitación y salí fuera.
Saqué el paquete de Marlboro del bolsillo trasero de mis pantalones y lo dejé encima de la barandilla. Entré dentro de la habitación a por un mechero y lo dejé ahí también. Cogí el paquete, lo abrí, saqué un cigarro y me lo llevé a la boca. Dejé el paquete encima de su sitio y cogí el mechero.
Cuando lo encendí, oí una moto pasar en frente de mi casa y estacionarse en el garage de la casa de al lado. Nada más verla me saqué el cigarro apagado de la boca.
Vi a un chico, de unos tres años más mayor que yo, alto, y parecía moreno. Se dio cuenta de mi presencia y me sonrió. Vaya sonrisa. Bajó de la moto mientras seguía mirándome y chilló:
-Buenas noches, preciosa. -y entró en su casa mientras sonreía.Estaba demasiado sonrojada por aquella situación y él pareció percatarse, porque entró en su casa riéndose. Encendí el cigarro y me lo fumé demasiado deprisa mientras no paraba de pensar en sus buenas noches.
Al acabarmelo, recogí todo y lo guardé en el bolsillo interior de mi bolso negro. Lo dejé en un perchero y me metí en la cama. Aquella noche no pude dormir pensando en aquel moreno que me había dado aquellas buenas noches tan peculiares.
ESTÁS LEYENDO
Buenas noches, preciosa.
De Todo"-¿Un qué, cariño?. -dijo con esa sonrisa que era demasiado perfecta. -Un tonto, un imbécil, un de todo, cielo. -dije imitando su tono de voz."