Fiesta de cumpleaños- Cara

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Esta noche debería ser especial, pero agg...es un desastre. La noche de mi cumpleaños no podía pasarme esto. No podía enterarme de esto hoy. Nadie puede saberlo, al menos no hasta que todo haya acabado.
Tocan la puerta, respiro profundo y fingo la voz como tantas veces ya lo he hecho.
-Adelante.
-Oh..Cara,cariño,¿Que haces aquí todavia? Todos están abajo esperando que la anfitriona baje y ya se me acabaron las excusas.
-Lo siento, madre tan sólo olvidé la hora.
-Bueno es hora de que lo recuerdes.
Me tomo gentilmente del brazo dándome ese reconfortante valor que sólo ella sabía darme.
Baje las largas escaleras a la que le habían puesto una alfombra roja afelpada.
Mi madre soltó su agarre, baje sola y triunfante por las escaleras para encontrarme con mi padre en el término de esta.
Me dio un abrazo, me dejó en la pista de baile donde mi apuesto novio me esperaba mientras sentía a todos los asistentes mirarme. La mayoría sonriendo falsamente, pero lo que más me inquietaba es que sentía que ellos lo sabían.
Las luces, los candelabros, la pista de baile, los perfectos trajes, todo era de ensueño. Lo que cualquier chica desearía para cumplir sus 18 años. Pero no era lo que yo quería.
No quiero sonar malagradecida, mis padres me daban de todo, menos algo que nada puede comprar, ni toda su fortuna siquiera.
-Cara, ayúdame, te necesito.
Escuche una entrecortada voz femenina que de alguna manera se me hacía familiar.
-Nuestra promesa... No, no dejes que me encuentre...Él está aquí, no puede ser, Él va a ma...
Algo en el interior me dijo que debía abrir los ojos y así lo hice.
Todo está en su lugar, estaba en la fiesta, en mi fiesta.
Rápidamente olvidé esa voz y el frío en mi alma ya que era muy común últimamente.

-Luces hermosa esta noche.
Dijo en mi oído Nick depositando un beso en la mejilla.
-Gracias-susurre tratando de sonar convincente.
Luego de seguir el protocolo de las fiestas que ya sabía de memoria pude por fin escapar al jardín sin que alguien me siga.
Corrí y me adentre en el bosque que está noche se sentía más tensa.
Vi una linterna de alguien que parecía escapar de algo o alguien.
-Ay, Dios, él no debe encontrarme-escuche que dijo una chica.
Sentía que una parte en mi alma quemada y me decía que me acercara a ayudar, pero no imaginaba lo que iba a encontrarme.

Muriendo a mi maneraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora