Prólogo

154 3 0
                                    

Poco iba a imaginar Daniela que alguna vez todo lo que construyó terminaría así. Nada más que una profunda desesperación la invadía al recordar aquellos días en los que fue tratada como una reina, como siempre pensó que se merecía.

Hoy, caminando sola por las calles, totalmente desprotegida, en completa ruina, veía su reflejo y no podía evitar sentir asco de sí misma, cubierta de harapos mugrientos, delgada, pelo completamente desaliñado. Sobrevivía de lo que lograba juntar mendigando por unas monedas a las personas que pasaban, rogando caridad, sintiendo una inmensa vergüenza cada vez que recorría por las calles pidiendo limosna.

Quizá todos la traicionaron, pero debía seguir luchando porque ahora comprendía que había cosas más importantes por las que vivir, ahora todo lo que buscaba era un lugar tranquilo para ser feliz. Y es que cuando se busca la verdadera felicidad y se ha vivido rodeada de tanta necesidad, la mente se cierra con el único consuelo de salir del basurero en el que te encuentras, son pocos los valientes que buscan sobresalir de forma honrada, por el camino más difícil. Si años atrás hubiera pensado de ésta forma, puede que una historia muy distinta habría ocurrido...


El precio de la pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora