Capítulo uno

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Eran las ocho de la mañana cuando ella iba andando, casi corriendo, hacia la cafetería.

-Dos cafés con leche, un café sólo, un frapuccino de café y cuatro muffins de chocolate. -Dijo ella prácticamente de memoria. Todos los días pedía lo mismo y lo tenía bien grabado en la mente.

-¿Para llevar?

-Lo raro es que ya no te lo sepas de memoria, es todos los días lo mismo. -Dijo ella sonriendo.

-Ya, pero así pierdo más tiempo y hablamos algo más. -Sonrío de vuelta él. -¿Para ti lo mismo de siempre?

-No seas tonto, Charlie. Y sí, lo de siempre.

Después de salir del Starbucks siguió andando a toda prisa hacia su trabajo mientras que su mano derecha sujetaba los desayunos y la izquierda su muffin de arándanos, cuál daba mordiscos. Al girar al final de Vigo Street para dar paso a Burlington Gardens, alguien le golpeó el hombro derecho, haciendo que se movieran los cafés, aunque no se llegaron a derramar.

-¡Eh, mira por dónde vas! -Gritó alguien a su lado.

-Mira por donde vas tú, has sido quién se ha chocado.

El chico, de pelo negro y ojos penetrantemente verdes le echó una furiosa mirada y siguió corriendo. Ella le observó alejarse y siguió andando después de echar una mirada a su reloj.

-Las ocho y veinte... -Susurró para sí misma. -Aún tengo diez minutos.

Abrió la puerta y se dirigió a la sala de reuniones dónde, como siempre, estaban su jefe y sus compañeros. Empezó a darles los cafés a todos pero se paró cuando vio al chico que me había golpeado antes. Arrugó la nariz. ¿Sería nuevo?

-Buenos días Chloe. -Dijo su jefe cuando ella le dio el café. -Este es mi hijo Adam, el nuevo jefe.

Ella pasó la mirada del chico a su jefe. ¿Nuevo jefe? ¿Eso quería decir que el señor Smith le legaba la empresa a su hijo?

-Ha adquerido los suficientes conocimientos como para ocupar mi puesto en la empresa, yo ya estoy muy viejo.

Pero en verdad no lo estaba, el señor Smith tendría unos 55 años de edad. Observó detenidamente a su hijo, le echaba 23 años como mucho.

-Bueno, empecemos con la portada del próximo artículo.

Un compañero se levantó y se dirigió al lado de la sala donde estabaa pizarra digital en la que explicaría su idea. Prestó atención a lo que decía pero una parte de su cerebro se negaba a dejar de mirar a Adam. El pareció percatarse ya que giró su cara, le echó una seria mirada a Chloe y volvió a prestar atención a lo que se dibujaba en la pizarra.

Se tiró en la cama una vez llegó a su apartamento y se quitó los zapatos con los pies. Miró por la ventana, su vecino también acababa de llegar. Él empezó, como siempre, a desvestirse sin correr la cortina, sabiendo que ella estaba mirando. Se quedó en boxers y la miró con una sonrisa divertida en la cara. Ella lo vio coger un cuaderno y escribió.

"Te toca. ;)"

Leyó ella cuando él puso el papel en la ventana. Rió y empezo a levantarse la camiseta mirándole pícaramente. Cuando ya se empezaba a ver el bajo de su sujetador, cerró la cortina y terminó de desvestirse para ponerse el pijama. Se preparó algo rápido de cenar y se tumbó en la cama con los ojos cerrados. Empezó a oír una guitarra y una voz procedente de abajo. Se asomó a la ventana y vio al chico rubio sentado en el borde de la piscina. Ella le saludó con la mano y él sonrió a cambio.

Cuando terminó la canción para empezar otra, se tumbó en la cama y finalmente se quedó dormida.

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⏰ Última actualización: Aug 17, 2015 ⏰

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