4. Casualidad.

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Azul había estado llamándolo todo el día, pero Nicolás no estaba dispuesto a contestar sus llamadas. Aún no.

Su mente era un lío, no podía ordenar sus ideas y eso lo estaba volviendo completamente loco. Era consciente de que tal vez dramatizaba un poco toda la situación, pero es que para él era grave el hecho de engañar a una mujer que nunca le había causado daño, que ni siquiera conocía.

Pidió otra bebida y esperó a que esta llegara, mientras miraba hacia la nada. Cuando escuchó la voz de una mujer a su lado:

-¿Estás bien?

Se asustó y rápidamente se giró.

-Yo...

-Tranquilo -le sonrió la joven-. Perdón, no era mi intención asustarte.

-No pasa nada, estoy un poco... nervioso.

-Lo noté. ¿Problemas?

-¿Problemas? -repitió confundido Nicolás.

-Sí, me refiero a si estás teniendo problemas.

-Algo así. ¿Cómo lo sabés?

-Te he estado observando -rió-. No te asustes, no te estoy acosando ni nada parecido, sólo que noté que estabas mal, y... me preocupé por vos.

-¿Por mí?

-Sí, si seguís tomando como lo estás haciendo vas a terminar mal.

-Estoy un poco estresado, es sólo eso.

-Todos tenemos malos momentos, pero no hay que ahogar las penas en alcohol. Si querés podemos hablar, sé que somos desconocidos pero mis amigos suelen decirme que soy buena escuchando a las personas.

-Tengo que hacer algo que no quiero hacer.

-¿Ese algo es grave?

-Algo así...

-¿Qué tan grave?

-Muy -remarcó Nicolás- grave.

-No me asustes.

-Tranquila, no es nada para asustarse. Es grave, pero no grave en el sentido que vos estás pensando.

-No vas a asesinar a nadie, ¿no?

-No -rió levemente Nicolás-, sólo... es algo que no quiero hacer.

-¿Y por qué lo vas a hacer?

-Por amor.

-¿Amor?

-Sí.

-¿Me podrías explicar un poco más qué significa eso?

-Lo voy a hacer por la mujer que amo.

-Entiendo -asintió-. Si es por amor no creo que sea tan grave.

-Lo es.

-Tal vez es algo que parece malo, pero no lo es.

-Lastimar a alguien siempre es malo.

-Depende de las razones por las que lastimás a ese alguien. Y si es por amor...

La conversación que ambos mantenían fue interrumpida por alguien, quien le dijo algo a la joven causando que ésta se girara y le dijera a Nicolás:

-Tengo que irme. Espero que salga todo bien.

Nicolás pudo ver como aquella mujer se alejaba de él, por lo que antes de que fuera tarde, corrió hacia ella y la tomó del brazo, para luego preguntarle:

-¿Cómo te llamás?

-Victoria -contestó ella con una sonrisa, para luego continuar con su camino.

Y eso fue un balde de agua fría para Nicolás.

Todo por amor. {Nicolás Lodeiro}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora