El niño con el pijama de rayas

564 5 0
                                    

Una tarde, Bruno llegó de la escuela y se llevó una sorpresa al ver que Maria, la criada de la familia -que siempre andaba cabizbaja y no solía levantar la vista de la alfombra-, estaba en su dormitorio sacando todas sus cosas del armario y metiéndolas en cuatro grandes cajas de madera;

Las lágrimas se le acumulaban en los ojos, pero no permitiría que se vertieran.

¿A quién se le ocurriría construir un sitio tan horrible?
llevaban la misma ropa: un pijama gris de rayas
Un hogar es donde está tu familia, ¿entiendes?
Acepta la situación en que te encuentras y todo resultará mucho más fácil.

Sólo digo lo que siento. Eso no está prohibido, ¿no?
-Sí. Sí, está prohibido.

Yo no era más que la pared vacía a la que dirigías tus palabras.
¿Y quién decidía quiénes llevaban el pijama de rayas y quiénes llevaban el uniforme?
A mí me gustaría tener mi propio nombre.

Hay cosas que sencillamente están ahí, sin molestar a nadie, esperando a que las descubran.
Lo que estamos haciendo aquí es corregir la Historia.

-¿Y nunca te apetece ponerte otra cosa cuando te levantas por la mañana? Debes de tener algo más en el armario.
-Estoy leyendo.
-¿Qué lees? -preguntó ella.
parecía tratar de convencer a su alma para que saliera de su cuerpecito, flotara hacia la puerta y se elevara por el cielo, deslizándose a través de las nubes hasta estar muy lejos de allí.

Nunca le había vuelto la espalda a un amigo mío.

metió la mano por el hueco y la dejó allí, esperando a que Bruno hiciera lo mismo, y entonces los dos niños se estrecharon la mano y se sonrieron.

-Ésta es la amistad más rara que he tenido jamás.
disfrutaba con el hecho de tener un amigo secreto del que nadie sabía nada.

a lo lejos un punto se convirtió en una manchita que se convirtió en un borrón que se convirtió en una figura que a su vez se convirtió en el niño del pijama de rayas.

«Si llevas el atuendo adecuado, te sientes como la persona que finges ser»

Miró hacia abajo y entonces hizo algo poco propio de él: le agarró una diminuta mano y se la apretó con fuerza.

-Tú eres mi mejor amigo -dijo-. Mi mejor amigo para toda la vida.

Y así termina la historia de Bruno y su familia. Todo esto, por supuesto, pasó hace mucho, mucho tiempo, y nunca podría volver a pasar nada parecido.
Hoy en día, no.

Frases de librosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora