El Conde de Montecrito

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~ siempre labios que dicen lo que el co- razón no siente -

~ -Nunca se está en paz con los que nos hacen un favor -dijo Dantés-, porque aunque se pague el dinero, se debe la gratitud

~ la ausencia separa a las personas casi mejor que la muerte.

~la alegría causa a veces una sensación extraña, que oprime el corazón casi tanto como el dolor.

~ Justamente es eso lo que me espanta, respondió Dantés-, paréceme que el hombre no ha nacido para ser feliz con tanta facilidad.

-¡Y bien! ¿Qué? Un día está compuesto de veinticuatro horas, cada hora se compone de sesenta minutos, cada minuto de sesenta se- gundos, y en ochenta y seis mil cuatrocientos segundos se pueden hacer muchas cosas.

~ dad que he adquirido en todos los ejercicios de armas y en la costumbre que tengo del peligro, estaría casi seguro de matar a mi contrario. ¡Oh!, sí, por todo esto me batiría en duelo; pero por un dolor lento, profundo, infinito, eterno, devolvería, si era posible, un dolor semejante al que me habrían hecho: ojo por ojo, diente por diente, como dicen los orientales, nuestros ma- estros en todo, esos elegidos de la creación que han sabido formarse una vida de sueños y un paraíso de realidades.

~ seamos francos. ¿Es acaso lo que decís sólo uno de esos proyectos que, edificados sobre arena, son destruidos por el primer soplo de viento?

~perded cuidado, porque os ad- vierto que la aguja de vuestro reloj no será más exacta que la del mío.

~ -respondió Montecristo con una de esas sonrisas que jamás podrá copiar un pintor, y en vano tratará de analizar un fisiólogo.

~ Hay dos miradas: La mirada del cuerpo puede olvidar a veces, pero la del alma recuer- da siempre.

~ Cuando se vive con locos, es preciso también aprender a ser insensato.

~ -Si hubieseis seguido siendo mi amigo, os habría dicho: Paciencia, amigo mío; pero os habéis hecho mi enemigo, y os digo: ¿Qué me importa?

~ -Fui un insensato -dijo- en no haberme arran- cado el corazón el día que juré vengarme.

~ ¿Qué es la muerte para mí? Uno o dos grados más en el silencio.

~ .No hay ventura ni desgracia en el mundo, sino la comparación de un estado con otro, he ahí todo.

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