Rowen Lil Sheridan...
-Lo sabéis, Harry Potter es el nuevo buscador de Gryffindor, saben siempre supe que sería él.
Nick casi decapitado estaba presumiendo de Harry, como nuevo buscador de nuestra casa. Me sentía alegre por él y todo, pero yo también quería jugar en el equipo... pero estaba atada de manos hasta el próximo año, al menos.
-Al rato.-
-¿Buscador? Pero si los de primero nunca forman parte de los equipos. Debes de ser el jugador de Quidditch más joven de...
-Del siglo, según McGonagall.
-He en hora buena Wood nos ha contado.
-Frey y George están en el equipo, golpeadores.
-Nuestra misión es que vosotros no quedáis más parados, pero no podemos prometer nada el Quidditch es muy duro.
-Brutal, pero nadie ha muerto hace años, ha habido desaparecidos de vez en cuando.
-Pero... acaba de apareciendo en un par de meses.
Los gemelos se quedaron atrás. Yo seguí caminando con Ron y con Harry, aunque ellos ni me notaban.
-Tranquilo solo lo dice para ponerte nervioso.-El solo me respondió con una pequeña sonrisa.
-Anímate Harry, el Quidditch es genial, el mejor juego que hay... vas a ser el mejor.-Ron intento levantarle las expectativas, a ver si le funcionaba mejor que a mí.
-Sino sé cómo se juega y que pasa si hago el ridículo.
-No vas a hacer el ridículo, lo llevas en la sangre.-Hermione se nos había unido.
Ron le contesto a Harry con una mueca.
Hermione nos llevó hasta una sala llena de trofeos y de pequeñas placas. Señalo uno en especial.
-Valla... Harry, no me habías dicho que tu padre también fue buscador.
-No lo sabía.
Después de ello salimos de la sala de los trofeos, pero yo decidí ir al lechucero, tenía que enviar una carta antes de irme a dormir. Una era para mi madre contándole como era Hogwarts, sabía que ella se moría de la curiosidad, pero para que mi padre no sospechara tendría que enviársela por correo muggle. Metía las dos cartas en un sobre y la enviaba con una de las lechuzas del colegio. Su destino era la casa de mi tía Stacy, y bueno ella leería su carta y enviaría otra a mis padres... una que escribía como tapadera en la que decía que a la escuela que me había enviado mi tía era una de las más honorables de Francia, y que esa escuela era súper reconocida, etc... Lo que mi padre quería escuchar, entre otras cosas. Y luego estaba la carta de mi madre, que sabía que ella leería en los momentos en los que mi padre se encontrara en el trabajo.
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*En multimedia os dejo a Nick casi decapitado.*
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