Rowen Lil Sheridan...
Ya estaba de vuelta en el castillo y notaba como Harry, Ron y Hermione tramaban algo, ella paraba con Neville de un lado a otro, pero decidió averiguar que pasaba o al menos intentarlo.
-Hola Harry.-sonrisa radiante.- ¿Recibiste mi regalo de navidad?
-Recibí los siete y un regalo del tío Vernon y de la tía Petunia.
-Mis padres te regalaron algo por navidad.
-Si.
-¿Puedo preguntar qué?
Harry bajo la mirada.
-Nada excepcional, solo un penique. Aunque para ellos eso ya es mucho.
-Son unos tacaños, ya verán cuando...
-No es necesario.
-No es como si pudiera castigarlos con mi desprecio, si estuviera a su alcance mi padre ya me hubiera echado de casa, pero madre no le ha dicho que yo también vengo a Hogwarts, le solté de repente.
-¡Tus padres no saben que vienes a Hogwarts!
-No.-Dije mientras veía con todo el interés del mundo, mis zapatos.-Solo mi madre, fue por eso que me llevo con la tía Stacy, ella es como nosotros y mientras este con ella estaré a salvo de padre y de las consecuencias que trae haber heredado las cualidades de la tía Lily.
Harry levanto la vista.
-Lo siento.
-No tranquila, de hecho hay algo que te quiero contar.
-¿Que?
-En los días festivos, encontré un espejo. Dumbledore me encontró mirándome y dijo que se llamaba el espejo de... "Oesed"
-Y ese espejo... ¿qué cualidad tiene?
-Nos muestra ni más ni menos, el más profundo y desesperado deseo, de nuestros corazones. Para mí que nunca conocí a mi familia, verlos rodeándome. Ronald que también vio su reflejo en el espejo se ve a sí mismo solo, siendo el mejor de todos sus hermanos. Pero según Dumbledore este espejo, no nos dará conocimientos o verdad. Dijo que habían hombres que se habían consumido ante esto, fascinados por lo que han visto. O han enloquecido, al no saber si lo que muestra es real o siquiera posible.
-¡Increíble!
-Lo sé, algo que solo puede ocurrir en el mundo mágico. ¿Y qué tal tus días festivos?
-Raros.
-¿Raros?
-Dudley fue bueno conmigo, mi padre casi me tacha de la familia... pero al final eso no paso. Mi hermano me dejo ganar en sus videojuegos y cuando estaba por entrar a nuestra estación Dudley me siguió y se puso en plan pesado, ahí supe que lo de él hermano genial se había acabado, casi me descubre... sino fuera por el idiota de Malfoy que me ayudo sin saber que Dudley era mi hermano, no hubiera salido de ese aprieto.
-¿Malfoy te ayudo?
-Sí, yo tampoco lo creo hasta ahora.
Y que más ocurrió en tu peculiar salida navideña.
-Nada más... ¿te gustaron tus regalos de cumpleaños?
-Estas de broma, fueron geniales. Todos son objetos mágicos.
