Después de un día agotador lo conocí.

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Llegamos a la disco, entramos e inmediatamente el sonido de la música invadió mis oídos. Sonaba Bailando de Enrique Iglesias. Al entrar nos dirigimos a la barra, Kat pidió un daikiri, pero yo preferí una cerveza. Luego de un rato Katherine me arrastro a la pista, allí bailamos sin parar hasta que ya no podía mas, estaba muy cansada.Nos fuimos nuevamente a la barra, y como lo tenia pensado apareció allí el novio de Kat, estaba con unos jeans negros y una camisa azul a cuadros.

-Hola Chicas, vinieron!!.- dijo Rayan gritando ya que la musica estaba al mango. Kat inclino tu cabeza y lo beso.

-Si mi amor.- Son tan dulces que aveces me empalagan.

-La cabezota de tu novia me convenció, pero yo ya me estoy yendo, estoy muerta!.- Kat me insistió para que me quedara un rato mas pero estaba agotada, esta vez no logro convencerme. Me despedí de ambos y me dirige a la salida.

Al estar fuera esperando algún taxi, note que dos chicos que se encontraban en la esquina del otro lado de la calle me estaban observando, comencé a inquietarme.

-Oye nena!.- uno de ellos grito. Lo ignore y continué esperando a que un taxi pasara, ya que a estas horas circulaban bastantes debido a la rumba. Luego de 10 minutos de estar ignorando al tarado que cada 10segundos me gritaba algo este decidió cruzar, mis nervios aumentaron, se notaba que estaba borracho por su aspecto. Pensé en salir corriendo pero cuando reaccione el tipo ya estaba en frente de mi.

-Quieres pasar un buen rato?.-me dijo, el asco me invadió, tenia ganas de matar a ese estúpido.

-Déjame en paz!.- Le grite, su reacción no fue buena, me miro con rabia y me tomo de los hombros. Yo comencé a insultarlo, ya que no podía hacer que este me soltara para así comenzar a correr.

-La señorita dijo que la dejaras en paz!.- Al girar vi allí a un chico alto, de 1.80 aproximadamente, cabello negro y unos ojos hermosos color verde tirando a marrón, color miel.

-Tienes algún problema?.- El borracho le respondió mirándolo de arriba a abajo mientras me soltaba y se acercaba al chico alto.

-Dijo que la dejaras en paz! O no la escuchaste?.- Yo estaba allí, a un metro de cada uno, solo observando. Reaccione cuando este chico se comenzó a abalanzar sobre el tipo borracho.

-Déjalo,solo esta borracho, mejor evítate un lío.- Sin conocerlo ya le estaba dando consejos. El chico volvió a dirigirle la palabra al borracho

-Mejor vuelve a tu esquina!.- El tipo se dio media vuelta y acompañado de insultos que salían de su boca se retiro, volviendo a su esquina.

-Gracias.-Le dije al chico tratando de no demostrar mis nervios por todo lo que había sucedido.

-Acaso crees que lo hice por ti? De hecho evite que te violaran ya que este es el bar de mi tío, y eso traería mala fama a el lugar  .- oh santo cielo este chico si que es amable! Nótese la ironía.

-Eres la persona menos amigable que he conocido, apuesto a que llevaría una mejor charla con mi gato .-
Logre sacarle una sonrisa, por cierto muy hermosa.

-Entonces tienes un gato?.-

-Si, mucho mas amigable que cierta persona.- Me miro haciéndose el ofendido y continuó haciendo preguntas. 

-Y cual es tu nombre?

-Mi nombre es Eilen, tu nombre es?

-Mi nombre es kiles, Adam kiles.

-Creo que a alguien le gusta el agente 007.- Nuevamente me regalo una sonrisa, sus dientes eran tan perfectos.

-Y que se supone que harás ahora?.- me preguntó.

-Pensaba ir a mi casa, ya me estaba yendo en realidad, pero ya sabes.- Le dije señalando con la cabeza la esquina de los tarados.

-En que te iras? Quieres que te alcance?.- Lo mire sorprendida, hace dos minutos me estaba hablando de una forma muy borde y ahora me ofrecía llevarme a casa.

-Que paso con el chico que estaba aquí hace unos minutos?.- Y por tercera vez en esa noche sonrió, enseñando esa perfecta sonrisa.

-No me hagas arrepentir.

-Muy bien, pero iremos en taxi, quizás quieras abusar de mi y eso no me agrada en absoluto.- le dije fingiendo desagrado.

-Se que te encanto, acaso no ves como me miras? Se te cae la baba. Pero tranquila, que con todas es igual.- Ya vemos que además de ser borde cuando quiere este hombre tiene cierto problema con su ego.

-Quizás a todas se les cae la baba por ti, pero dejame decirte que yo no soy igual a todas.- Dicho eso le di la espalda y comencé a caminar. Pero de inmediato una mano tomo mi brazo.

-Okey lo siento, solo dejame llevarte a tu casa. Nunca mas me volverás a ver, ah y prometo no violarte.- me dijo comenzando a reír. Pense en su oferta y la verdad no sonaba nada mal, estaba agotada y buscar un maldito taxi ya se me había complicado demasiado.

-Muy bien, en donde esta tu auto?.- Pregunte buscando con la vista algún auto del estilo de este chico, supongo algo así como un deportivo rojo.

-Oh no mi amor, yo viajo en motocicleta.- Fue entonces que levanto las llaves enseñandomelas frente a mi rostro.
Caminamos una cuadra, y allí se encontraba. Era nada que ver a lo que esperaba, no era moderna ni nada por el estilo, si no que era una motocicleta clásica, de esas de motoqueros.
Alan me entrego un casco que se encontraba en un  pequeño compartimiento que la moto tenia detrás. Me ordeno que me lo colocara y así lo hice. Fue entonces que encendió la moto y el ruido inundo mis oídos, era fuerte, diría que demasiado escandalosa, era evidente que a este chico le gustaba ser el centro de atención. Me monte en la moto, le dije mi dirección a Alan y este se puso en marcha.
Luego de unos 10 minutos llegamos a mi casa, agradecí haber aceptado la oferta de Alan ya que en un taxi el trayecto hubiera sido de una media hora por lo menos.

-Muchas gracias por traerme, y aunque no lo quieras asumir.. Por salvarme de aquel tipo.- le dije entregándole el casco.

-No hay de que.- tomo el casco y lo guardo en el compartimiento. Fue entonces cuando las luces de mi casa se encendieron, cosa que no era extraña debido al tremendo ruido que hacia la motocicleta, cualquier persona se despertaría.

-Bueno debo entrar, gracias!.- le di un beso en la mejilla y camine hacia la entrada, gire y juro que vi una pequeña sonrisa que trato de ocultar a penas lo mire. Le hice adiós con mi mano, y finalmente entre a mi casa. Al cerrar la puerta escuche su motocicleta partir, para nunca jamas volver a verlo, como él mismo me había dicho esa noche.




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