Parte 6

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No pasó mucho después de eso. Me iba a bajar de la tarima pero recordé que lo último que quería era la plumilla con la que tocaba su guitarra, fui hacía Geogy, el rubio. Pero me encontré con un hombre al parecer de seguridad con cara de pocos amigos dirigida hacía mí. No era difícil adivinar lo que quería: que me bajara de la tarima. Así que eso hice no sin antes rodar los ojos, murmurarle un Ya me bajo para después sonreírle con mi dedo del medio. ¿Qué tan difícil les era dejarme ser feliz unos minutos más? ah, okay, ese era su trabajo. Protegerlos y dañar la infinita felicidad de una pobre fan. 


Lo difícil fue bajar de allí, santa mierda si que fue difícil. Choqué con uno de los altavoces, me enredé en la maya que cubría un poco la tarima y me caí. Bien, bien, siembre resulta más fácil subir que bajar. 


Mi tía me ayudó a levantar y nos fuimos de allí. Mi cara, dios, creo que irradiaba más felicidad que un pony cagando arcoíris. Algunas personas que pasaban por mi lado me señalaban y se murmuraban con sus amigos o parejas. Otras simplemente me miraban y me sonreían. Por otra parte yo no paraba de reírme y saltar como un conejo de la felicidad.


Mi tía simplemente me miraba y se reía. — Ahora sí, vamos a casa — dijo sacando su móvil para llamar al taxi que nos llevaría, — Listo, ahora esperemos. ¿Será que tu mamá está despierta? porque es ella quien nos abrirá la puerta de la casa. 


—  Uh, no sé. ¿La llamas antes de llegar? para que igual no sé, no se levante de mal humor.

— Buah, da igual. ¡Nati eso fue de locura! y gracias a ¿Quien? a mua, de nada sobrina — dijo con aires de grandesa.

— ¡¡Gracias!! Jesús, fue lo mejor — Dije para después suspirar, no dijo nada así que continué, — por mi mente jamás paso hacer algo así — suspiré de nuevo —  Son cosas que no le sucederían a alguien como yo. Pero mírame ahora sonriendo, sonriendo porque una de esas cosas me acaba de suceder. — y la abracé.

— Ok, no quiero dañar el momento pero, no lo has echo todo tú. Dame crédito, yo ayudé — Bufó cruzándose de brazos fingiendo enojo. No duró mucho y oh dios mío, tenía una cara tipo orgasmo.

— Toque su mano.. — decía — toque la mano de Diego Cadavid — suspiros aquí y allá. 

Mi tía era hermosa; cabello negro, ojos oscuros y una personalidad increíble. ¿Que les digo? Es como mi segunda madre.


Al llegar a casa le conté todo a mi mamá, se reía, sonreía y saltaba conmigo. Toda felicidad se esfumó cuando supo que mi tía toco a su futuro marido: Diego Cadavid. 


Mi madre y mi tía discutieron por más de una hora, se lanzaban cojines, zapatos y todo lo que hubiese disponible al alcance de sus manos. Toda palabra sin sentido se colaba en la sala. Gracias al cielo y era sábado ya que pasaban más de la 1:30 de la mañana y al siguiente día no tendría que ir al Colegio.


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xx




Un golpe de Suerte /CANCELADA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora