Artemisa Moon

Luna Llena

Aspen.
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Artemisa se sumió en él letargo después de la abrumadora noticia.
Sus padres no habían muerto por el incendio?
Ambos?
El informe decía que es presentaban descomposición de 4 meses antes de su muerte.
Artemisa tuvo un escalofriante pensamiento.
"Y si cuando llegamos ya estaban muertos?"

Dejó de pensar, tratando de calmarse, pero solo pudo tomar pastillas relajantes y dormir... solo para tener un sueño aún más inquietante.

Estaba en una especie de sala del trono de la época medieval. Era de noche, no se veia el cielo, pero Artemisa lo sabia como sabia su nombre. La luz colaba por las ventanas, que tenían aparentemene agua en vez de vidrio.
Había antorchas doradas flotando alrededor, y alumbrando una jaula de hierro, donde estaba un chico encadenado. Cabello negro azabache, y con ojos de un dorado intenso y brillante.
El chico forcejeaba con las cadenas negras que lo sujetaban, lanzó un gemido de esfuerzo, se le marcaron los músculos y sus ojos despidieron una luz dorada que podría dejar ciego a cualquiera, la jaula resplandeció con un ardor tan intenso que parecía que estaba al rojo vivo, gritó y se escuchó una explosión. Un polvo dorado se esparció por la sala y cayó de rodillas, agotado.
Artemisa no se detuvo a verlo cuando se dió cuenta en lo que estaba parada.
Telarañas. Muchas. Y muy resistentes.
Justo cuando miró hacia arriba se llevó el susto de su vida. Una mujer mitad araña negra, descendió sobre ella. Creyó que moriría. Pero la atravesó limpiamente dejando un polvo negro tras de sí.

-Niño estúpido.- dijo la araña esbozando una sonrisa que enseñaba sus colmillos negros y podridos.

-Por que sigues intentando escapar? Ya te dije que es imposible.

La araña se colocó a la vista del chico, quien aún respiraba con pesadez debido a su reciente explosión de ira.

-Por que yo....- dijo entrecortadamente -.Tengo honor... Y un deber.

La araña dejó escapar una sonora carcajada mientras el chico se ponía de pie.

-La princesa de la Luna? Artemisa? Es eso? Patético. Athos ya va por ella. Eres el último caballero del sol. Y estas atrapado aquí. Como piensas encontrarla si eres mi prisionero?

El chico volvió a resplandecer pero ahora con muchísima mas intensidad.

-No por mucho tiempo, Arachne.

Lanzó un grito de dolor mientras su cuerpo se resquebrajaba con líneas doradas y sus ojos lanzaban un brillo celestial.

Entonces la sala brilló.
Y todo ruido se detuvo.