Un Rayo de Esperanza

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Artemisa estaba aterrada.
Quien venía por ella? Un tipo llamado Athos.
Que le había pasado al chico? Ni idea.

Aunque era plena noche bajó a la cocina de su casa donde su padre guardaba el adorno letal que más le gustaba: Una espada color plata, de acero plegado con empuñadura de marfil sólido, el mango tallado para que pareciera la cabeza de un lobo con ojos de ópalo.

La blandió con la esperanza de que la reconfortara. Pero no fue así.

Se quedó en el ático mirando por la ventana hacia el único camino de entrada a su casa que había: El muelle.
Si, vivía en una isla, y nunca iba a la escuela. Estudiaba en casa junto a su padre, claro, antes de que muriera. Ahora vivía con sus tíos, reconocidos actores y cinematógrafos quienes siempre la dejaban sola.

Genial. Un loco te persigue y tu familia rodando una película.

Con la espada en la mano, Artemisa trató de dormir, y lo consiguió.

"Ya voy por ti. Ten mucho cuidado de Athos, no te fíes de él, mi princesa"
Repetía una voz conocida.

Era él. ¿Cuál era su nombre? Dasren? Arsen? Asmen? Aspen. Aspen Solace.

Ensimismada en sus pensamientos, la tomó por sorpresa oir la puerta de su casa abrirse.
Empuñó su espada y puso candado a la puertecita del ático. Por suerte, su padre había sido un obsesionado con pasadizos secretos y había construido algunos a excepción de los 10 que ya habían estado en la mansión.

Miró por la ventana y vió algo inimaginable.
Un hombre moreno, muy MUY alto, tal ves de unos 3 metros, con un solo ojo de iris verde, cabello castaño a rastas que se retorcía, y con una camisa arcoíris que decía "¿What do i spy with my little eye?"

"¿Que es lo que yo espío con mi pequeño ojo?" Tradujo mentalmente. Las clases de idiomas le habían servido de algo al final.

Movió una bisagra que estaba en la pared del ático y la jaló hacia abajo, con un chirrido, reveló un túnel entre dos libreros. Cliché no?
Llevaba hacia una cueva en el arrecife de su pequeña isla.
Si. A veces tenía ventajas de tener familia rica.

El túnel había sido usado en tiempos de guerra, no solo como refugio, si no como visor de ejecuciones. Artemisa había oido cosas y visto cosas en ese túnel, pero no la asustaban.
Le contaban historias sobre la luna y el sol.

Avanzando a zancadas por el túnel con unas pocas telarañas, vió un resplandor azul. Ya casi estoy allí.
La voz del chico le decía en su mente.
Espérame por favor. Yo te ayudaré. Te pondré a salvo.

Llegó a la cueva e inmediatamente cerró la puerta del pasadizo. Se dió la vuelta y se sumergió en la oscuridad azul de la cueva.
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Aspen's POV

Divisé la casa a lo lejos.
Era algo rústica y fácilmente podrían vivir 20 personas allí. Supongo que allí vive.
Podía oler perfume de chica.
Pero también un olor distinto.
Monstruos.
Inmediatamente me puse en camino a máxima velocidad y llegué a la casa en 2 minutos a pesar de haber estado a más o menos 2 kilómetros.

Artemisa estaba en problemas. Mis ojos la buscaban mientras corría hacia el interior de la casa.

Athos ya estaba allí.

Al parecer seguía el mismo olor a néctar dulce y lavanda que yo.

BOOM

Oí una explosión en el ático y fui a ver corriendo.
Cuando llegué, Athos había entrado en alguna especie de pasaje. Sin siquiera pensarlo salté al interior.

Se escucharon gritos y el sonido de carne al ser cortada. Al tiempo que salía del túnel, Athos retrocedía asustado.
Pero no de mí.

De ella.

La cueva resplandecía intensamente y emitía destellos blancos y azules.
Artemisa se veía sublime.
Estaba rodeada de un aura plateada, su cabello flotaba como si estuviera en el agua y sus ojos eran totalmente azules como el mar.

Athos se cegó por su brillo y tropezó con una roca. Cayó haciendo un ruido estruendoso mientras Artemisa lo miraba con una frialdad terrible.
Ella levantó una mano y la apuntó hacia Athos.

Un rayo de luz de luna se filtró entre sus dedos y Artemisa los sostuvo como si estos fueran sólidos.
Se acercó al monstruo mientras él retrocedía, arrastrándose.
Ella sonrió y lo tocó con su dedo medio. Inmediatamente el cielo se nubló, Artemisa retrocedió y cayó en el lugar donde había estado Athos.
Ahora solo quedaba un frasco de polvo plateado en lugar del cíclope.


El resplandor de Artemisa se esfumó al tiempo que me inclinaba a recoger el frasco de polvo.
Ella me miró confundida.

-¿Aspen?- dijo ella y se desmayó, presa del agotamiento.

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2016 ⏰

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Artemisa MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora