El rizado se alejó de la cocina con una sensación de malestar creciente, quizás no había sido buena idea quedarse a escuchar aquella conversación, porque ahora se sentía peor que antes. Desde que había comenzado a trabajar como policía, siempre se había involucrado en investigaciones de la DEA, y gracias a eso, hoy se encontraba en esta situación. No podía negar que también había colaborado en otras búsquedas y rastreos de redes de trata de personas, pero su trabajo nunca había sido investigar las atrocidades que estas cometían con sus víctimas, ni tampoco saber cómo manejaban a cada una de ellas, como si fueran objetos sin alma.
Todo ese mundo se sentía tan ajeno a él, tan oscuro y despiadado, pero ya no podía hacer la vista gorda y estaba dispuesto a ayudar, aunque sabía que Louis se negaría a aceptar su ayuda. El plan por el momento era simple: seguiría las órdenes y fingiría ser un aliado de Malik para conseguir toda la información necesaria y tenderle una trampa. Harry pensaba que sería fácil hacer ver al castaño como una víctima, porque en realidad lo era, así que podía encontrar una manera de no involucrarlo en esta red y dejarlo al margen, protegido de aquella destrucción. Quizás también podría hallar las conexiones del maldito alemán y hacerlo pagar por todo el daño que ha hecho, encerrándolo hasta que se pudriera en la cárcel.
Era consciente de que no acabaría con aquel negocio tan solo atrapando a dos de sus pilares, sin embargo, era lo mejor que podía hacer por Louis. Él quería devolverle su libertad y lo haría sin importar las consecuencias.
Recorrió uno de los pasillos, pero se detuvo en medio al encontrarse con el cachorro acurrucado sobre un cojín delante de una de las habitaciones, en una postura vulnerable. Se acercó un poco, ya que le debía una disculpa, y se arrodilló frente a él para acariciarle el cabello con cuidado, como si temiera romperlo. El chico tembló al sentir su toque y levantó la cabeza, mostrando sus ojos cristalizados.
—Tranquilo, no quiero hacerte daño —sonrió de lado, con ternura.
Liam no respondió y solo se acurrucó un poco más en el almohadón, abrazando sus piernas en busca de protección.
—¿Tu dueño te ordenó que permanecieras en silencio? —preguntó, sin dejar de acariciarlo—. No importa, solo necesito que escuches lo que tengo que decir.
El pequeño asintió, regresando la mirada a la alfombra, sin atreverse a mirar a Harry a los ojos.
—Quería disculparme contigo, no debí tratarte de esa forma la otra noche —suspiró, con arrepentimiento—. Estabas asustado, igual que nosotros, y sé que querías ayudar de algún modo.
El rizado se quedó en silencio por un momento y jugó con los mechones de su cabello, intentando reconfortarlo.
—Lamento mucho que hayas pasado por tantas atrocidades a tan corta edad, nadie se merece vivir de esa manera —continuó, afligido—. Li, voy a ayudarte y te sacaré de este infierno. Haré que ellos paguen por todo el daño que te han causado, solo necesito que confíes en mí.
El cachorro lo miró con nerviosismo y él lo tomó por las mejillas, intentando calmarlo.
—Recolectaré toda la información necesaria y se la enviaré a unos amigos que tengo en el FBI para que puedan ir detrás de ellos —le explicó, lleno de determinación—. Este será nuestro secreto, así que nadie más puede saberlo. ¿Puedo confiar en ti?
—No dejes que te lastimen a ti también —susurró con urgencia, revelando su propio miedo.
La voz del peligris se escuchó a lo lejos, resonando en el pasillo vacío, y Harry se puso de pie rápidamente, alejándose un poco del pequeño para que no pudiera verlo consolándolo. Dwayne caminó hacia ellos con paso firme, guardando el móvil en el bolsillo de su pantalón, y lo observó fijamente con una mirada intensa; luego se cruzó de brazos, adoptando una postura defensiva.
ESTÁS LEYENDO
𝙇𝙊 𝙎𝙄𝙀𝙉𝙏𝙊, 𝙃𝘼𝙍𝙍𝙔 / 𝙇𝘼𝙍𝙍𝙔
Fanfiction❝ Dejé caer el infierno sobre ti y te arrastré a la oscuridad para no sentirme solo. ❞ Lo siento, Harry. 𝗣𝗥𝗜𝗠𝗘𝗥 𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢.