Prólogo: Otoño

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Un día de otoño, es el comienzo de las clases.

Todos los alumnos van caminando directamente a las clases, algunos entusiasmados, otros tristes y aburridos, pero todos van.

Algunos llevan sus celulares.

Otros, consolas portátiles.

Pero había uno de entre todos que llevaba algo particular... Una pistola.

Una "Walther P99", un arma semiautomática alemana, unida con una cuerda de seguridad negra atada a su cinturón, en el mismo cinturón se ocultaba un cuchillo mariposa.

Nadie sabía de aquél arma que estaba oculta en el cinturón de uno de sus compañeros.

-Pero eso no duraría más tiempo-

Para llegar a aquella instalación que muchos detestan llamada "Escuela", algunos estudiantes debían de cruzar a través de un cruce... sin embargo transitan autos.

En ese instante resonaban sirenas. Todos miraban a el lugar de donde resonaba aquél sonido, todos conocían ese ruido, era las sirenas de policía... y delante de él iba un auto.

Era una persecución policial

Y el perseguido no tenía la intención de frenarse ni un poco para evitar darle a unas personas que no tenían importancia.

El objetivo principal era no ser capturados, solo eso.

Y debido a ello el auto no frenaba, a pesar de haber estudiantes cruzando la calle.

Fernando Argentum no vaciló.

No dudó.

Solo llevó su mano a su cinturón y sacó un objeto dorado. 

Era una pistola.

Seguida de un cable negro.

Dos disparos resonaron.

Y se escuchó a un auto derrapar. 

Fernando Argentum no necesitó mirar a donde iba la bala.

Solo disparó y las balas impactaron directamente en las ruedas, las traseras y delanteras del lado derecho del auto.

Del cañón salía humo.

El auto se desvió y la gente pudo salir de la calle.

...menos una persona...

Una chica estaba petrificada observando como el auto, a menos velocidad que antes, pero aún así mortal, se acercaba.

Era como si un conejo en mitad de la carretera viera como las fugaces luces se acercaban rápidamente, al igual que su final.

Argentum corrió hacia el lugar donde estaba aquella chica.

Pero no llegaría.

Sacó su arma una vez más, se lanzó al suelo y efectuó dos disparos más.

Aquél auto que iba a alta velocidad se había quedado sin ruedas.

El auto se detendría eventualmente, pero muy lejos de aquél cruce.

Pero el auto perdió velocidad.

Y Argentum corrió tan rápido como las piernas podían.

Abrazó a aquella chica y se lanzó hacia un lado.

-Un segundo después, el auto pasó-


...Abrazando fuerte a aquella chica, Argentum se puso de pié...

-¿Estás bien? - Preguntó aquél chico...

El chico estiró su mano para ayudar a esa chica a ponerse de pie... sin embargo lo único que recibió a cambio fue un golpe en la misma.

-¡No te acerques!

Aquella chica lo miraba con una mirada que no cualquiera puede poner.

Era como una mezcla entre odio y miedo.

Aquél chico lo único que podía hacer era irse...

...Ese día...

...Fernando Argentum no se presentó a clases.


Bala PlateadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora