Courtney
Me recojo el pelo en una coleta, tratando de disimular lo sudado que está. Lo peino con los dedos rápidamente y lo anudo con la goma del pelo rosa que le he robado a Nancy.
Me miro en el reflejo del espejo que está en la entrada, justo al lado de la puerta. Una chica de pelo rubio alborotado, ojos azules y camiseta de rayas me devuelve la mirada. Me pongo de puntillas, tratando de ver si combina bien con los tejanos que me he puesto, pero finalmente desisto.
Inspiro hondo antes de abrir la puerta, sin poder evitar la sonrisa que se me escapa.
Un chico alto, de pelo moreno y ojos castaños me la devuelve. El corazón se me para durante un instante.
—¿Que pasa, Howie?—pregunto, dejándolo pasar—Parece que el mal de ojo que he tratado de echarte esta mañana no ha dado efecto: Estás como... feliz.
El ríe, caminando hacia el sofá y tirándose sobre él.
Lo observo, con mi sonrisa imborrable y las manos en las caderas.
—Adivina—dice.
—Mmm—digo, fingiendo pensar.—¿Una vaca caída del cielo ha aplastado a tu profesor de matemáticas?
—Mejor.
—¿Mejor?—exclamo, esta vez sorprendida de verdad. ¿Hay algo mejor que que una vaca voladora mate accidentalmente al profesor que más odias?—¿My Black Summer ha contestado a la carta fan de Ashton y han accedido a dar un concierto exclusivo y gratuito en tu casa como regalo de cumpleaños?
—¡No! Eres muy mala, Court.—protesta, lanzándome una almohada.
—Eh, eh, calma—digo, soltando una carcajada involuntaria. Su felicidad es contagiosa. Me siento en el sofá y giro la cabeza hacia él.—¿Y bien? ¿Qué es?
El ríe y recuesta la cabeza contra el respaldo. Nuestras rodillas se tocan y nuestras caras están a centímetros.
Me mira y dice, en un murmullo:
—Lindsay me ha pedido salir.
—¿Qué?—digo, sin poder creerlo. Me levanto del sofá y me aparto de él.
—Y le he dicho que sí—añade, con una sonrisa.
Todo a mi alrededor se congela. El tiempo se congela. La mandíbula de Howard se queda entreabierta, sus ojos en el vacío y su dedo meñique a medio levantar. Por supuesto, todo es cosa de mi mente y Howard sigue moviéndose enseguida, explicando como ha ocurrido todo. Yo me limito a quedarme ahí parada, conteniendo las lágrimas y luchando por respirar.
—¿Y bien, Court?—dice él. No se ha dado cuenta de nada.—Estás muy callada, ¿que opinas?
Me agacho lentamente, agarrando la almohada que él antes me ha tirado y se la estampo en la cara.
—¿PERO TÚ ERES GILIPOLLAS O QUÉ?—le grito.
Él me mira con los ojos como platos: no se esperaba esa reacción.
—Courtney, yo...
—ESA ZORRA TE ROMPIÓ EL CORAZÓN—le recuerdo, lanzándole libro títulado <<Controla tu furia>> que me regaló mi madre por Navidad y que descansa en la mesa de café.
—¿¡Es que te has vuelto loca?!—exclama, una vez lo esquiva.—¡Vale, puede que Lindsay y yo tuviésemos nuestros problemas! ¡Pero ahora estamos en una relación madura y los hemos superado!
Pongo los ojos en blanco y suelto una carcajada.
—Oh, bueno, si estáis en una relación madura...—me burlo, cruzando los brazos sobre el pecho.
—No me creas si no quieres—dice, levantándose de un salto.
—Howie, no puedo creer que estés en una relación madura porque para estar en una se necesita ser maduro, y, ¡información de última hora! Ni tú ni Lindsay-cabeza-de-chorlito lo sois—le grito, mientras él se marcha de la habitación en dirección a la puerta principal.
—Creía que te alegrarías por mí, ¿sabes?—dice, encarándome—Por eso de que se supone que eres mi amiga, y tal.—esas palabras son como una patada en el estómago, pero finjo que no me afectan.—¿Me abres, por favor?—dice, apartando la mirada.
—Está abierto—susurro, y en cuanto él comprueba que es cierto, cruza el umbral y empieza a bajar las escaleras del porche de dos en dos.
—¡Howard!—le chillo, cuando ya está casi al otro lado de la calle. Él se gira a mirarme, expentante.—No me alegro por ti precisamente por eso. Porque soy tu amiga.—él me mira serio y luego se da la vuelta, alejándose de mi. Noto las mejillas húmedas y me froto la nariz con el puño de la manga. No puedo creer que esté llorando. Yo nunca lloro.
En ese instante, una súbita furia me recorre el cuerpo.
¿Quiere salir con la estúpida de Lindsay y mandar a la mierda todos nuestros avances de los últimos meses? ¡Pues que salga con ella! Está claro que son el uno para el otro.
Cierro la puerta con un golpe tan fuerte que estoy segura que se ha oído hasta en Texas.
¿Quiere echar al garete nuestra amistad? ¡Que lo haga! A mi ya me da igual.
Ojalá no le hubiese conocido nunca. ¡Ojalá hubiese rechazado ayudarle!
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Solo química.
RandomHoward es simpático, divertido y medianamente sociable. Courtney es malhumorada, sarcástica y no tiene amigos. A Howard le da asma solo con pensar en Educación Física. Courtney boxea desde los seis años. El corazón de Howard pertenece a Lindsay Lane...