«Enamórate de la que te parezca tan bella, tan seductora, tan sagaz, tan diferente al resto. De la que no le moleste quitarse los tacones para caminar el empedrado, de la que sea tan salvaje, que no tengas ganas de dominarla, no porque pierda su locura, sino porque es lo suficientemente segura para saber lo que quiere.
Y eso mi amigo, debería bastar para preguntarte por qué te ha escogido».