𝗵𝗮𝗿𝗲 𝗵𝗮𝗿𝗲, 𝗁𝗈𝗇𝗄𝖺𝗂 𝗌𝗍𝖺𝗋 𝗋𝖺𝗂𝗅.

━━PLUMMET. ★

Plomo!
☆ boothill

“¡Tu recompensa ha sido completada!”

Boothill pudo sentir la explosión de la nave, incluso desde la distancia en la que se encontraba y contra los fuertes vientos de su caída a gran velocidad. Una ráfaga de calor lo abofeteó en la cara, dejando un hambre profunda en sus entrañas temporalmente sofocada.

"¿Cómo te gustaría aterrizar?"

El cyborg mantuvo su sombrero sujeto a su cabeza con la palma de su mano contra la parte superior, sus ojos mirando brevemente hacia la ciudad que se encontraba debajo, hacia la cual se estaba acercando lentamente para caer.

“…buena pregunta.”

El suelo se acercaba constantemente, incluso si le tomaría un segundo o dos alcanzarlo . Nunca había probado si su cuerpo podría soportar un golpe contra el concreto desde, más o menos , seis mil pies en el aire, pero tenía un pequeño presentimiento de que hoy no era el día para probar suerte. Convertirse en una mancha azul en el pavimento no estaba exactamente en los planes de su itinerario.

Los ojos de Boothill miraban a la izquierda, miraban a la derecha, sus dedos giraban la cuerda en su cinturón. Dudaba que realmente sirviera de mucho, pero de todos modos era un comienzo.

Finalmente se le ocurrió una idea, una idea totalmente infalible: enrollar su cuerda alrededor de una de las farolas de la calle cuando estuviera lo suficientemente cerca, evitar golpear el suelo, volver a subirse al aire y aterrizar sano y salvo en... dondequiera que lograra aterrizar. Con suerte, de pie.

Súper simple, súper fácil. lightwork .

y entonces miró al suelo, enrollando un extremo de su cuerda tensa alrededor de su palma derecha, mientras su izquierda preparaba el impulso del otro extremo en un movimiento de balanceo suave.

"Vamos, Boothill", murmuró para sí mismo, con la voz completamente ahogada por el viento. "No es más que un pequeño reposicionamiento".

Él seguía cayendo, acercándose,

íntimamente…

íntimamente…

casi llegamos…

Boothill preparó su mano para blandirla, pero el movimiento rápidamente se volvió innecesario cuando algo, o mejor dicho, alguien, agarró su muñeca y fue tirado hacia arriba con un sorprendido "¡confusión!" antes de que pudiera probar la probabilidad de éxito de su plan.

El vaquero levantó la cabeza de golpe, y el sombrero casi se le cayó de la cabeza. Colgaba como un muñeco de trapo de su brazo, con los pies colgando debajo de él mientras sus ojos se encontraban con sus aparentes salvadores.

por supuesto.

Los afilados dientes de Boothill brillaron lentamente en una amplia sonrisa, una risa fuerte y desaliñada resonando en el aire todavía bastante abierto a su alrededor. Porque, ¿quién más podría haber sido además de ti?, tus cejas ligeramente fruncidas hacia él desde la seguridad de tu pequeño aerodeslizador con el que recordabas que estabas jugueteando hace solo un par de días.

—¡Qué va ! —se daba una palmada en la rodilla si la posición lo permitía—. ¡Mira quién es! ¡Eres un regalo para la vista!

Boothill extendió la mano para tomar tu otra mano, tú, sin decir palabra, lo encontraste a mitad de camino, dejando ambos dedos trabados alrededor de la muñeca del otro.

"¿Vas a venir a salvarme otra vez, ciruela dulce?"

Sacudes la cabeza con un suspiro, mientras el hoverboard comienza un descenso constante. Era un poco más difícil mantener el equilibrio con el peso de Boothill, pero nada que no pudieras manejar.

"Tienes suerte", te burlas a medias. "Tengo un sexto sentido para decirte que eres un idiota".

La risa cordial de Boothill resonó nuevamente, el viento azotando a tu alrededor dejando su cabello despeinado y un poco enredado.

—¡Vaya! —Te dio un pequeño empujón en la mano. Dudaba que ya pudiera sentir subidones de adrenalina, pero esto estaba bastante cerca—. ¡Creo que estaría más plano que un pan caliente si no fuera por tu oportuna intervención!

Sus pies tocando el suelo fueron una estabilización bienvenida, aunque el cyborg no hizo ningún movimiento para soltar tu mano; en lugar de eso, comenzó a correr rápidamente, apenas dándote tiempo para recoger tu tabla mientras te tiraba.

"¿Tienes que ir a algún sitio o algo así?"

preguntaste, tropezando un poco antes de conseguir ponerte de pie para seguirlo. Eras tan linda cuando fingiste estar enojada con él.

“¡Apuesto a que sí, en algún lugar que no esté lleno de esos lamentables fanáticos del IPC!”

Fue un punto válido: una explosión gigante en el cielo de una de sus propias naves fue todo un llamado de atención.

Correr con él no era tan malo, al menos. Su agarre alrededor de tu muñeca era sorprendentemente suave, y su olor llenaba tu nariz con el viento mientras lo seguías. Un poco de cítrico, tal vez cedro, y un inconfundible recuerdo persistente de esas balas trazadoras de fósforo que masticaba tan a menudo.

Ustedes dos doblaron una esquina, apoyados contra una vieja pared de ladrillos mientras algunos pasos pesados ​​seguían corriendo en dirección contraria.

—Dime, recuérdame traerte algo de beber más tarde —Boothill volvió a tirarte un poco de la muñeca, acercándote un poco más—. Como agradecimiento por todas esas veces que me salvaste el trasero.

Boothill sonrió cuando te reíste en lugar de apartar su mano o dar una respuesta inteligente.

"Vas a tener una buena cuenta". Cuidadosamente reposicionaste tu mano con la suya, entrelazando tus dedos en lugar de que él simplemente te sujetara la muñeca. Los ojos de Boothill podrían haberse convertido en corazones de dibujos animados.

—Te diré algo —apretó la mano—. Conozco un sitio. No está muy lejos de aquí, así que no tendrás que preocuparte de que nadie nos moleste. —Era encantador, cómo su voz aún conservaba ese suave tono áspero incluso al suavizarse—. Empiezo a pagar esa cuenta, paso una noche contigo, y vaya si ganamos los dos, ¿no?

Tarareaste eso. No sonó tan mal.

—De acuerdo —asintió—. Pero concentrémonos en que no tengas que matar a tiros a otra docena de trabajadores del IPC primero.

Fue tu turno de tirar de él con un rápido tirón de su muñeca, reanudando tu carrera justo a tiempo para evitar algunos pasos más pesados ​​que se dirigían en tu dirección.

"No me estabas tomando el pelo con lo del sexto sentido, ¿verdad, cariño?" Boothill empezó a caminar naturalmente detrás de ti.

“Considera esto añadido a tu cuenta”.

“¡Sí señora!”