Tal vez soy más joven de lo que aparento, es mi primera vida, es por eso que no recuerdo nada, mis deja vu no se basan en imágenes que haya visto antes sino en sueños que aparentemente suceden al día siguiente, es por eso que me cuesta entender todo a mi alrededor.
Aún soy una bebé, lo sé porque en las manos se escriben historias representadas en líneas y en mis manos las líneas parecen inexistentes, no se ven tan fácilmente. He comparado mis manos con las manos de otras personas en más de una ocasión, conozco personas menores que yo en cuanto a la edad que nos propone el mundo pero si echamos un pequeño vistazo a sus manos, se puede notar que ellos realmente son mayores, llevan más vidas por delante; esas manos poseen miles de historias que me gustaría leer, son líneas del destino, líneas que representan no solo una sino varias vidas, estas personas son los ancianos de la época, son personas sabias que no recuerdan pero cuando logran recordar arrasan con el mundo entero, sus mentes son tan grandes que no existe ese vacío de conocimiento como me sucede a mí.
