Cuando eramos pequeños soñabamos con crecer.
Y cuando crecemos queremos volver a la infancia.
No sabemos lo que queremos hasta que lo perdemos.
Eramos tan felices de pequeños, sin preocupaciones, sin tener que preocuparse de exámenes, ni de estudiar, ni nada.
Y de lo único de lo que había que preocuparse era de no perder al escondite inglés, o de llegar primero a la meta de una carrera.
Éramos tan inocentes de pequeños que lo único que queriamos que llegase era navidad para abrir lo regalos, que tiempo antes le habiamos perdido a Papá Noel, o a los Reyes Magos. Que felices eramos en esa época, que no nos complicabamos para nada. Y ahora, nos comemos la cabeza por cada gilipollez...
Y nada que la época de la niñez es la mejor de todas y muchas veces, no la aprovechamos lo suficiente.
Que lo único que no regresa es el tiempo y hay que aprovecharla.
