Aun en el suelo, trato de recobrar el aire, sintiendo el ardor del golpe en mi estomago y en mis fosas nasales por inhalar fuerte, observo como se aleja sin dar un paso en falso y sin siquiera voltear a ver hacia atrás. Mi madre, realmente no me sorprende su acción, digamos que esta ves ah sido buena al dejarme consiente.
Mi madre solía pertenecer al ejercito al servicio del reino, eh escuchado a las generales y a otras veteranas, que ella fue una de las libertadoras de nuestro pueblo, que ella junto a otras capitanas fueron el cerebro de la rebelión, ellas suelen decir que era una persona dulce y que a pesar de todo siempre ayudaba a los demás, a decir verdad si me cuesta creerlo, y eh llegado a pensar que tal ves se equivoquen de persona al hablar de su dulzura. En lo demás, ellas tienen razón mi madre es una gran guerrera, ella se encarga de mi entrenamiento, en parte, ya que yo voy a entrenamientos al coliseo del ejercito, pero al terminar regreso a casa a entrenar con ella.
Ella es alta, mucho mas alta que muchas de nosotras, es fuerte, se notan sus músculos, las facciones de su rostro son duras, pocas veces la eh visto sonreír, podría decir que las únicas veces que la eh visto reír es cuando esta ahogada en vino. Sus ojos azules son tan profundos, y sobre ellos tiene unas cejas gruesas, que son atravesadas por una pequeña cicatriz, pero de igual forma siempre está cubierta por mechones de su cabello castaño obscuro, que suele recoger torpemente en una trenza que termina en su cadera, que también cubre una cicatriz en su espalda, que le cruza de el hombro a la cintura.
Nunca fue como las demás madres, esas madres que te abrazan al llegar a casa, o que te preguntan si comiste, realmente nunca me pregunte por que, solo aprendí a sobrevivir ante ella. A seguir adelante a costa de ese sentimiento.
Desde pequeña conocí mi rutina levantarme, desayunar, limpiar, correr, defensa, fuerza, ataque, comida, ir al templo, regresar a casa, correr, defensa, fuerza, ataque, cenar, dormir, despertar. El entrenamiento y la comida es la única relación que tengo con mi madre y es algo que ella recalco en mi.
Logro levantarme del suelo, y camino lentamente hacia casa, miro por ultima ves el cielo, que ya esta oscuro, y el frio ya es mas violento, voy a casa a cenar y a dormir. Y como siempre mi cena es un poco de leche y un poco de pan, paso por el cuarto de mi madre, al parecer estuvo bebiendo vino de nuevo, tirada en su cama sin decir una sola palabra, duerme, tal vez este muerta, me acerco y la muevo, observo un poco mejor su cicatriz, es como una X que cruza toda su espalda realmente. Veo que empuña un poco el cuchillo que tiene en la mano así que la tapo y me voy a dormir.
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Ultimo aliento
FantasySiempre terminamos enfrentando nuestros peores miedos, siempre terminamos viéndonos cara a cara con nuestros demonios, y tenemos que enfrentarlos y tenemos que vencerlos. Incluso cuando no sabíamos que existían.