Capitulo2

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Raquel se despertó como nueva, se puso su chandal viejo que usaba para andar por casa y los botines mas viejos que encontró. Se fue a la cocina y encontró a su madre haciendo tortitas. Raquel abrió la puerta para ir a explorar.
-Ehh Raquel donde vas...-dijo la madre.
-A dar una vuelta cuando me entre hambre vuelvo.
-Vale no tardes que te quedas sin tortitas.
Salió y observó el paisaje, vió un pequeño lago y se fue directa a el.
Cuando llegó al lago vió un caballo negro con una mancha en forma de estrella encima del hocico. Las crines le ondeaban con el viento. El caballo bebía con una elegancia digna de un caballo como el. Raquel se acercó curiosa, era una amazona maravillosa y adoraba a los caballos. Estaba a poca distancia cuando el semental la vió y salió corriendo.
-No, no, no te vayas no te voy a hacer nada.
El semental se paró y la miró, parecía que la entendía... Cuando Raquel se iba a ir. Se tropezó y cayó a un gran agujero que no había visto.
Había un camino que llegaba a no se donde, Raquel empezó a caminar y encontró un cofre, abrió el cofre en el que dentro había libros de como domar a un caballo salvaje, tambien había una llave y una herradura.
Siguió andando y encontró una salida, subió por una escalera de hierro oxidado. Apareció de detrás de una roca con la llave colgando del cuello, los libros y la herradura, se levantó y se dio la vuelta. Sus ojos se abrieron como platos del maravilloso paisaje con al menos 20 caballos en manada pastando libremente con la brisa ondeando sus crines. Vio al mismo semental de antes de caerse al agujero, parece que el tambien la vio a ella puesto que se alzó de mano y fue a saludarla. Se paró a poco mas de diez metros de ella por su propia seguridad.
Raquel se sentó en la hierba apoyandose en la roca, abrió uno de los libros y comenzó a leerlo.

~~

Cuando se cansó de leer, miró su reloj, ya eran mas de las 11, su madre estaría preocupada, había salido a las 8 y le dijo a su madre que no tardaría mucho y había tardado tres horas...
Recogió sus cosas y se levantó y empezó a caminar. Estaba literalmente entre montañas, había un pequeño riachuelo donde bebían los caballos y todo era prado. Un potrillo se le acercó, pero la madre le separó de Raquel.

Cuando llegó a casa había una nota en la nevera que decía: "Raquel, estoy en casa de mi hermana, vuelvo a la noche, no me esperes depierta. Besos, mamá"
-Perfecto, así tendré toda la tarde para ir a ver a los caballos.
Ya eran las dos de la tarde y Raquel se moría de hambre, no había desayunado y había estado horas caminando. Se preparó un bocata con la barra de pan que quedaba y cogió un zumo, se fue fuera al porche y se lo empezó a comer.
Vio de lejos a un gato naranja y blanco y cogió un trozo de jamón York y se lo lanzó. El gato se lo comió y se acercó maullando a Raquel, para que le diera mas.
Cogió otra loncha y se la dió, entró en la casa, fue al baño y agarró una pipeta para quitarle las pulgas al minino. Se las quitó todas y le dejó entrar en la casa. Buscó en la nevera las sobras de la cena del día anterior (es decir, su cena, porque ella no había cenado) y se la dió al gato. Eran las cuatro de la tarde, y en Galicia no hacía precisamente calor, asi que se fue a dar una vuelta por donde había visto al gato y se encontró una camada preciosa de gatitos. La madre era siamesa pero sus crías eran: una naranja, una negra, una blanca, una marrón y blanca, otra negra y blanca y otra atigrada.
¡La gata había tenido 7 crías!
Llamó a la madre Cristal y le llevó comida y agua. Les hizo fotos a todos y se puso a ver la tele.

~~

Eran las cinco y puso todos los gatitos con la madre en una cesta y los metió en un cobertizo que había al lado de la casa, era el lugar perfecto para que críasen gatos, ya que el cobertizo estaba vacío y era enorme. Cuando supo que los gatitos estaban a salvo y que tenían comida y agua, Raquel se fue a por el gran semental negro.
Cuando llegó estaban descansando al solecito. Raquel se acercó con una zanahoria y se la dió al gran semental, líder de la manada. El caballo se la comió y acercó a empujoncitos con la cabeza a Raquel a los demás caballos. A los demás no le hizo ni pizca de gracia pero se aguantaron.
Raquel se subió a una roca y se subió al semental. Solo iban al paso por precaución, se bajó y le tendió otra zanahoria.
Empezó a oscurecer y Raquel se fue, no quería caerse en otro agujero misterioso. Cuando llegó a la casa, había un coche donde aparcaba la madre...
-¿hola? ¿hay alguien?-dijo asustada.
-hola Raquel, cuanto tiempo ¿no? Soy Paula, tu prima de 22 años ¿te acuerdas de mi?
-¡Paula! Cuanto tiempo.
-Siii. Venga, tenemos que contarnos muchas cosas...

VandidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora