IV

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— El día de hoy tenemos la triste historia de una dulce jovencita — alzó una mano señalando a su espalda y enseguida la cámara que lo filmaba se alejó, abarcando así por completo una amplia pantalla, la cual se encendió y mostró la imagen de una menuda muchacha que frisaba los dieciocho.

Fabián no había perdido detalle de tan peculiar programa. En cuanto vio la imagen de la joven se puso pálido y rígido como una estatua de mármol.

—Su nombre es Dulce María Rosales—seguía comentando el presentador Rey—. Ésta hermosa niña desde muy pequeña ha sido tildada como una persona fea, siendo rechazada por los jóvenes de su edad, en especial los de sexo opuesto. Ella tan solo pedía una oportunidad para darse a conocer y algún día, tal vez, conocer el amor. ¿Era mucho pedir?

El anciano de la mancha cárdena en forma de araña, empezó a llorar a grandes voces, de forma bullosa, y varias de las mujeres presentes lo acompañaron de la misma forma.

—La razón por la que nos llamó fue por algo que superó todas estas crueldades — continuó Rey, justamente después de que los llantos cesaran—. Algo que su frágil corazón no pudo soportar. Conoció a un hombre que le juró amor eterno. Dulce María, enamorada de él, le creyó, pero la verdad era que este caballero solo quería aprovecharse de ella para sacarle todo el dinero posible a su padre, quien es dueño de una importante empresa ¡Buscaba usarla para ascender económicamente!

Se escucharon voces de protesta por un lado, de reproche por el otro, hasta alguien llegó a comentar que le gustaría saber quién era esa persona para darle su merecido. Fabián sudaba y se revolvía como una babosa sumergida en sal.

— Pero dejemos que sea ella la que nos cuente su historia, escuchémosla por favor.

Jigoku Shoujo (El correo del infierno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora