AVISO!!! ESTE ONE-SHOT CONTIENE BASTANTE LEMON, ES POR ESO QUE NO LO RECOMIENDO AL PÚBLICO SENSIBLE(?
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"Nunca fui consciente de que me estaba metiendo en la boca del lobo cuando acepté el trabajo que me proponía la empresa Hatake. Ser la secretaria personal del jefe. Me bastó con saber que era un salido mental y con ver una foto suya para excitarme, era una oportunidad que bajo ningún concepto iba a desaprovechar. Era mi momento"
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El agudo sonido del despertador retumbaba en toda la habitación, sobre todo en mi cabeza, haciendo que las ganas de vomitar me invadieran. Corrí al baño y lo eché todo. Tenía una resaca importante de la noche pasada...
Me metí en la ducha y me quedé debajo del agua unos 15 minutos, dejando que mi mente quedara al margen de cualquier pensamiento problemático. Salí y me encontré con el uniforme de la empresa.La camisa blanca debe estar perfectamente abotonada, tapada hasta el cuello.
Recuerdo las palabras de la trabajadora fea que me dio el uniforme y estallo en una carcajada. Por dejar dos botones sin poner no ocurrirá nada. Veamos... Suéter negro. Horrendo. Lo tiré a un lado y seguí mirando... ¿Unos pantalones de pana violetas tipo campana? ¿Pero en qué año estamos? Los tiré junto al suéter, me dirigí a mi armario y de éste saqué mis pantalones ajustados color negro. Mucho mejor. Me los puse y seguí con mi dilema. El calzado. Típicos zapatos de goma que venden en los chinos con agujeritos, los típicos que usan las limpiadoras. Juro que si me reía más estallaba. Cogí mis tacones de tacón de aguja negros y me los puse, agarré mi chaquetón gris, me lo puse y después de estar totalmente lista salí de mi piso. Me monté en mi vehículo y en 30 minutos ya estaba frente al rascacielos de la empresa Hatake. Entré decidida y me dirigí al mostrador donde se hallaba una chica. La chica de recepción me miró raro, supongo que por el atuendo que llevaba.
-El señor Hatake la espera.
Sentí un escalofrío al escuchar eso, "el señor Hatake la espera" qué aventura. Me dirigí al ascensor y una chica que me esperaba dentro pulsó la tecla número 33. El ascensor ascendió y en un minuto ya estabamos en la planta deseada. Era un pasillo bastante largo, le di mi chaqueta a la chica y me indicó que siguiera recto en ese pasillo. Caminé y había diferentes puertas, oficinas supongo. Más adelante había una puerta que era característica porque era más grande que todas las demás.
Sr. Hatake
Que empiece el juego. Abrí la puerta sin llamar y éste se estaba dando el lote con una chica que parecía ser su secretaria. Ahora entiendo por qué cambiaba de secretaria tan a menudo. La chica, guapísima por cierto, reaccionó nerviosa y empezó a ponerse esos horrendos pantalones campana que debería llevar yo también. Se tropieza un par de veces y se dirige a la puerta, para antes de irse decir un "con su permiso, señor Hatake" y salir de allí. Él se acomodó la ropa sin quitarme la vista de encima. Analizándome.
-_____(tn)_____(ta), ¿Me equivoco?
-No, no se equivoca. Un gusto conocerle, Kakashi.
Éste frunció el ceño a más no poder.
-No le he dado permiso para que se dirija a mi por mi nombre.
-No lo necesito. Dime qué es lo que tengo que hacer y me pondré a trabajar enseguida.
-Primero, jamás me tutee. Segundo, su trabajo...- Recorrió con la mirada toda la sala y cogió el teléfono, escribió algo y lo soltó, para mirarme de arriba a abajo.
-¿Mi trabajo?
-Enseguida la informan. Por favor tome asiento.
Indecisa, tomé asiento en uno de los sillones que estaban frente a su gran mesa de trabajo. Él tenía su miraba fija en mi. Analizándome nuevamente con la mirada.