¿Siempre es siempre? ~Shawn Mendes

Capítulo 01

Estaba en mi habitación con los auriculares escuchando música, hundida en maravilloso mundo donde Bruno Mars es el rey. De repente oigo gritos de mi madre llamándome. Voy corriendo pensando que había pasado algo o se había hecho daño. Me la encuentro sentada en el sofá viendo la tele.
-Mamá, ¿que son esos gritos? Pensé que había pasado algo.
-No mujer, era para decirte que te preprases que esta noche vienen Shawn, su madre y su hermana a cenar a casa.
-¿Y no me lo podías decir normal? ¿Tenías la necesidad de gritarlo como si te fuese la vida en ello?
-_____, estabas escuchando música, si te lo llego a decir normal no me haces caso.
-Cierto- Me di la vuelta y me fui para mi habitación.
Eran las cinco, tenia tiempo de sobra para prepararme, supuse que los Mendes llegarían a las ocho, como de costumbre. Abrí el armario y busqué algo para ponerme. Unos shorts vaqueros y una blusa rosa claro, no me iba a complicar mucho, no había necesidad de que ese niño al que casi ni dirijo la palabra me vea extremadamente bien vestida, ¿no?
Me metí a la ducha y cuando acabe me sequé el pelo, me vestí y esas cosas. Solo eran las siete. ¿Por que me había arreglado tan rápido? Pues no lo sé. Pero la cuestión es que me quedaba una hora para volver a mi mundo.
A las siete y media me vuelve a llamar mi madre, de la misma manera de la que me llamó antes.
-¿Que quieres bruta?- Le dije de mala gana.
-____ Adams, no me hables así. Quiero que vayas conmigo al salón porque quiero que hoy estés con Shawn.
-Mamá, ¿que tiene de especial hoy que tengo que estar con el? ¿No podemos limitarnos a ver la televisión como hacemos cada vez que nuestras aburridas madres nos obligan a estar juntos?
-Estas demasiado sarcástica ____, el otro día, cuando dejaste a Shawn solo en el salón porque Wendy te llamó por teléfono y no querías que él oyera lo que decíais, fue a la terraza con su madre y dijo que le ofendió eso. Y quiero que hoy le pidas perdón y estés con el. Quien sabe, igual os lleváis bien y no lo sabéis. Como te niegas a hablarle...
-Pero bueno mamá, el tampoco me habla, no seré yo la que se trague el orgullo por ese tío...- Y dicho esto me fui cabreada a mi habitación a coger mi móvil ya que tenía que esperar en el salón.
¿Que clase de adolescente de 17 años va a su madre a decirle que la hija de su amiga lo ha dejado solo en el salón? Si ni siquiera estábamos hablando, solo veíamos mi série favorita, Aida. Shawn me comentó algo sobre que a el también le gustaba esa série, o creo que algo me dijo. Las conversaciones que no me interesan suelo borrarlas de mi cabeza.

[...]

Llegaron los Mendes y justo al llegar nos pusimos a cenar, cuando acabamos me levanté de la mesa, no me gusta estar ahí sentada en una silla sin hacer nada.
-Shawn, ¿vamos al salón?- Miré mi reloj- Aida esta por empezar.- Él me miró confuso, supongo que por que normalmente me voy sin decir nada y el viene detrás mio.
Shawn se levantó y fuimos a ver la televisión, pusieron 10 minutos de publicidad, el silencio era demasiado incómodo, así que decidí romperlo.
-¿Y tu que tal?- Le pregunté al moreno, que buscó con la mirada mi móvil para saber si le hablaba a alguien por él.-Te lo digo a ti bobo
- Ah, bueno, estoy bien, supongo. ¿Y que te ha dado por hablarme ahora?
-¿Que pasa? ¿Ahora no puedo preguntarte como estas? Si lo prefieres sigo manteniendo mi fama de dura y de borde-Dije intentando no sonar muy brusca, creo que fallé.
-No, no, pero como nunca me hablas. ¿Por que nunca me hablas?
-Ya te lo he dicho chico, fama de borde- En realidad no era así, pero me gustaba ver como la gente pensaba que no tenia sentimientos.- Calla, calla, que empieza Aida.
Por el rabillo del ojo vi como me miró tierno y me sonrió, decidí pasar de eso, la série estaba interesante ahora.
La série es comedia, así que no hacíamos más que soltar pequeñas risas cada vez que algo era gracioso, de verdad me podía caer bien este chico. Estabamos concentrados en la televisión, y un personaje árabe dijo un chiste malo y luego dijo "noo, io brrroma" (sí, un poco penoso pero en el transcurso de la historia ayuda bastante) en ese momento nos dio un ataque de risa y acabamos los dos en el suelo llorando.
Pues mi madre tenía razón, podríamos llevarnos muy bien...