El hogar esta allí, donde el corazón se para

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[... Narra Kathara ...]

Me despierto cuando los primeros rayos del sol entran por la ciudad, he dormido como hace ya un mes que no podía dormir.

Me incorporo al escuchar un ruido detrás de mi, miro y veo al detective Smith en la silla durmiendo, una enfermera entra silenciosa

-Buenos días -me dice en un susurro

-Buenos días ¿Sabe cuando llegó? -le pregunto mirando al detective

-Volvió a las ocho y media, hablo con mi superior y tiene permiso para quedarse en su habitación por las noches, la quiere cuidar -me dice cerca y ya hablando normal pero bajo, yo le miro y sonrío- Se nota que usted le importa, tiene suerte -la miro perpleja ella me sonríe, me pone la bolsa de suero nueva y se despide con una sonrisa.

"Se nota que usted le importa, tiene suerte" no puedo dejar de pensar en lo que me acaba de decir la enfermera, ¿Qué estaba insinuando?

De pronto me viene a la mente el papel que Jim me había dado, lo busco en mis bolsillos pero no lo encuentro, miro en la mesa donde se encuentra el teléfono y no esta, miro dentro de la gaveta y al fin la encuentro, lo abro y leo:

'Kath, te dejo aquí mi número para que me llames cada vez que quieras y me mandes mensajes cuando necesites que alguien lea lo que tienes. (ha dibujado un monigote giñando el ojo y riendo)

616-409-155'

Sonrío y le miro, estaba muy sexy. Vestía unos vaqueros, unos tenis negros, una camisa blanca de manga larga, bastante ajustada debo decir, y como almohada estaba utilizando una chaqueta de cuero negra.

Me levanto de la cama y con cuidado le quito la chaqueta y le pongo una almohada, no quiero despertarle, quiero que descanse, seguramente se ha quedado despierto toda la noche, tiene unas ojeras en su rostro que no le favorecen nada.

Dejo de mirarle y me dirijo al lavabo, aprovecho para darme una ducha. Cuando salgo del lavabo, él ya se había levantado de la silla y estaba haciéndome la cama. Se gira al notar mi presencia y me mira perplejo.

-Buenos días -sonríe mirándome fijamente- ¿Estaba buena el agua? ¿Quieres que te deje la ropa?

-Por favor, no quiero estar todo el día con la toalla -le devuelvo la sonrisa- las batas están en el armario - Se dirige al armario y saca una bata. Sus ojos me miran intensamente, de pronto la puerta de la habitación se abre, la enfermera nos mira sorprendida.

Mantuvimos una conversación amena sobre mi estado físico, diciéndome así que tenían que hacerme unas pruebas más para saber si ya pueden darme el alta. Cuando la enfermera se va me giro para mirar a Jim, pero me sorprendo al encontrármelo tan cerca de mi rostro. Le miro fijamente a los ojos, él también me mira a los ojos, pareciera que me mirara el alma. Noto calor en mis mejillas.

Me da la bata y sonríe, se aleja y se va a la ventana, al momento me meto en el baño para vestirme. Cuando termino de hacerlo salgo del lavabo, hoy me siento más fuerte que ayer, y no me duele tanto la herida. Me acomodo en una silla, Jim no estaba en la habitación, cojo el crucigrama que mi padre se había dejado y hago algunos para pasar el rato.

Una enfermera entra y me ayuda a prepararme para ir a hacerme esas dos pruebas que faltaban para que me den el alta.

Cuando regreso a la habitación llamo a mi hermana.

-Ana ¿como estas?

-Bien peque, ¿y tu?

-Yo bien, ¿oye sabes si Zoca me ha llamado?

Sólo por placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora