Supongo que todos en esta vida tenemos periodos de luz y oscuridad, creo que no existe una persona con la virtud de ser completamente feliz, ni tampoco algún individuo tan maldito como para una vida repleta de desgracias. Para mi fortuna, yo, Jackson de tan solo 18 años de edad me encontraba en un duro dilema, ¿Qué espero?; esperare el amor, esperare estudiar, esperare tener algún empleo, ¿Esperare alguna oportunidad? Pero...¿Cómo se diferenciar una oportunidad? En la escuela nos enseñan a restar, sumar, dividir; nos enseñan historia, biología e incluso tenemos nuestro propio horario para gimnasia, pero nunca nos implantaron nuestros valores, nunca nadie se tomó el tiempo de enseñarnos que en esta sociedad sobra gente pero falta personas, siempre teniendo en cuenta las obligaciones económicas pero jamás nos hicieron recordar sobre nuestras obligaciones morales. Nadie fue capaz de amortiguar los golpes que nos daría el día a día, aquí, en la vida no se trata de huir de nosotros mismos, se trata de huir de lo que se supone que tenemos que ser. Oh, querida rutina, quiero darte las gracias por romperme cada día un poco más, por abrirme los ojos ante lo equivalente, gracias por siempre hacerme tener presente en lo que exactamente no quiero llegar a ser: una máquina, un muerto rondando por las frías calles de Atlanta, un ser frívolo y sin vida.
Mis pensamientos se hallaron abrumados cuando sentí el leve pero muy interruptor deslizar de mi puerta. Era mi queridísima pero muy estérica madre.
Jackson: Mi madre me enseño a golpear antes de entrar puerta dentro.
Margot: ¿Ya hiciste las valijas?-Dijo ignorando mi comentario y con el sello fruncido
Jackson: Aun no, tengo cosas más importantes
Margot: ¿Qué clase de cosas? ¿Jackson podrías tomarte las cosas con un poco más de seriedad? ¡Tienes que viajar a Berkeley mañana por la tarde y no te quedarás allá ni dos ni tres ni cuadro días, te quedarás allá posiblemente más de un año! Así que hazme el favor de madurar porque sabes que esto no es ningún tipo de juego.
Jackson: Mamá, por favor, preocúpate por tus cosas y yo por las mías, ¿De acuerdo? Además, tú sabes que soy responsable y también muy atento cuando lo deseo.
Margot: Me percato de tu desinterés al igual que tus profesores también lo harán si no cambias esa actitud. ¡Por favor Jackson, está es una oportunidad única! No puedes tirar a la basura tu beca para Berkeley, así que hazme el gran favor de ser un poco menos egoísta y pensar en mí o en tu padre. Mi tesoro, eres nuestro orgullo y nos sentiríamos muy decepcionados si hechas a perder esto, tu futuro depende de las decisiones que tomes mientras estés allá, así que por una vez te pido que te comportes como un adulto y no seas tan infantil. Estarás rodeado de personas prestigiosas, de personas importantes, de gente con muy alto nivel, así que no cometas estupideces.
Jackson: Hablas de ellos como si fueran gran cosa, mamá, vamos esos idiotas lo único que tienen es dinero, ya sabes, esos papeles verdes que controlan nuestras vidas. Oh si, muy prestigiosos.-Dije exaltando la última oración con un tono sarcástico.
Margot: No tienes idea de lo que hablas cariño. Dinero es sinónimo de grandeza, de poder, de importancia. Tu padre te implanto esa idea ridícula de que el dinero es apariencia. Cielo, con solo sueños no llegarás a ningún lado y terminaras trabajando en un restaurante de comida rápida al igual que tu papá. Pero tenlo en cuenta Jackson, si las cosas no salen bien, yo no mantendré a ningún vagabundo y mucho menos alimentaría sus expectativas así que te conviene estudiar y madurar lo más rápido posible, ¿De acuerdo?-Dijo mientras azoto la puerta.
Pues ahí estaba el motivo por el cual odiaba la rutina, odiaba la realidad, odiaba las costumbres. A mi madre toda la vida le importo solamente una cosa, y si, adivinaron: el dinero. La familia de mi papá solía ser reconocida por su apellido importante, por sus casas de altos rangos, por sus puestos de trabajos, por tener poder y sobre todo por tener muchísimo dinero. Mi madre no dudo dos veces en aceptar la propuesta de matrimonio de mi padre, pero para su desgracia todo el poder que solía tener la familia Johnson se desvaneció al igual que mi abuelo cuando murió y el estado reclamo todo el derecho de las cosas que le solía pertenecer a mi familia. ¿Qué? ¿Acaso creían que realmente a Margot le importaba mis estudios? Pues no, si decidí seguir en pie con todo el tema de la beca fue gracias a mi padre, el realmente se merece sentir el orgullo que le traeré cuando finalmente logre graduarme.
Dejando de lado todo lo sucedido finalmente decidí levantarme de mi muy cómoda y abrigada cama para cambiar mi casual vestimenta por algo más adecuado, ya que esa noche tendré mi fiesta de despedida, organizada por Josh y Abril, mi mejor amigo y mi novia, bueno, mejor dicho mi ex novia ya que decidimos terminar cuando le comente que me aceptaron en Berkeley. Mi fiesta sería en Isla Tybee en la casa de verano de los papás de Josh. Isla Tybee se ubica en el condado de Chatham a unas 7 horas de Atlanta. Ya eran las 11:34 am lo que significaba que tendría que darme prisa si quería almorzar con mi familia y llegar a tiempo a la fiesta. Me dirigí hacia al baño a darme una relajada ducha, luego de eso decidí ponerme una playera blanca con una chaqueta negra acompañada por unos jeans oscuros y unos vans negros al igual que la chaqueta, peine mi cabello castaño hacía atrás para así lograr que mis ojos verdosos resalten, me puse una cantidad abundante de perfume y finalmente opte por bajar a almorzar para luego emprender mi viaje en auto con los chicos.