¡RIIIING, RIIING!
Dios, como odio este despertador...- Carolina Sánchez Pérez, en diez minutos en la cocina. ¿No querrás llegar tarde el primer día de instituto, que para un año que te queda... ?
Mi madre tampoco es que sea el mejor despertador del mundo, todo hay que decirlo, pero seguro que me ha preparado un superdesayuno que hará que perdone estos gritos a las 7 de la mañana.
Mis padres son los dos abogados, así que se pasan el día fuera de casa trabajando y cuando están en casa apenas tienen tiempo. Yo agradezco que trabajen tanto para darme todo lo que necesito, pero la verdad es que preferiría menos ropa y caprichos y más tiempo con ellos...Me levanté, me puse unos vaqueros con una camiseta ancha de Zara y unas vans algo desgastadas. Me coloqué el gorro que Jase me regaló cuando me vine en verano a España y cogí la mochila con todos aquellos libros, la cual arrastré escaleras abajo.
- Carol, vas a romper la mochila el primer día... ¿ Ya estamos otro año con la " depresión postvacacional"? - gesticuló con los dedos las comillas ,mientras se reía de mí...
- Sí, mamá. Además este año estamos en España, va a ser muy difícil, no hablo tan bien el español...
- Cariño, hablas el español desde los 3 años, al igual que el inglés, el francés y el alemán... Y conoces a Sara, siempre habéis estado juntas y su familia se ha mudado a España con nosotros.
- Eso es porque todos trabajais en el mismo bufete de abogados, no fastidies que ha sido por mí y por no dejarme sola... Además, la pobre Ayla está sola en Nueva York... La echo de menos, siempre hemos sido "CAS", desde los 2 añitos y dejar atrás todo... No me apetece empezar una nueva vida, ¿ por qué tuvimos que irnos?
- Cielo, no empieces... ¡ Dios mío, son las ocho, corre a por tu coche y ve a buscar a Sara ya! No vais a llegar...
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- ¿Sara García Herrero? - preguntó el profesor de Alemán, un hombre rubio con ojos azules y que aparentaba tener unos 19 años.
- Ich bin hier - dijo Sara con su pronunciación perfecta. Sonrió a aquel chaval que estaba al mando de la clase, y que tal y como nos había dicho se llamaba Rodrigo Engel, de padre alemán y madre española.
Llevábamos un primer día mejor de lo que esperaba,y aunque a mí todo el mundo me habia notado el acento americano, a Sara no. Ella era guapa, coqueta y se le daban genial los idiomas y los chicos, los cuales ya se habían fijado en ella nada más llegar.
Sin embargo, Sara no sonreía a Rodrigo para ligar. Ambas dos le conocíamos ya con anterioridad, puesto que había vivido en Nueva York también y bueno, era mi ex.
- Carol... Carolina ... García - titubeó al leer mi nombre, y yo me levante de la mesa donde me había estado ocultando los 5 minutos de clase que habían pasado. Si llego a saber que él iba a darme clases, no me hubiera apuntado a Alemán extraescolar.
- Hier, Herr Engel - dije sonrojada, mirando sus ojos azules como el mar. No podía creer que fuera él, y al parecer el estaba también sorprendido, pero creo que para bien porque me sonrió y bajó la vista para seguir nombrando al resto de alumnos.
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Dos veranos no son suficientes
Jugendliteratur"Carolina, corre..." La voz de Sara sonaba agitada. Aún no puedo reer lo que está pasando, todo ha cambiado tanto en estas últimas 48 horas... Mis padres, los padres de Sara... Muertos. Nosotras huyendo de dos tipos armados y, por si no era suficien...