Mi corazón tuyo es,
¡Recuerda mis palabras
Con la fuerza de un antiguo mandamiento!
Mi alma pende de un hilo,
¡Y la vetusta Parca de tu rencor
Cortaría mi vida sin remordimientos!
Destruyes mi corazón
Y a mi alma no la absuelves de su culpa...
Soga, nudo delicioso,
Este hermoso cuello enlaza,
El de mi amada...
Y clavo el puñal de la promesa
En mi pecho
Y me regocijo viendo tus pies agitarse.
Si mi corazón te pertenece,
Justo es que con él exhales el aliento.