Ayer por la tarde estaba caminando por el centro comercial, dudaba que las personas me miraban con cara de asombro por mi color de pelo. Sabia que era por otra cosa.
Sentía las miradas de todos, habían muchos alumnos del colegio y entre otras personas que no conocía. Pensé por un momento que tenia algo en la cara pero me la había revisado una y otra y otra vez sin parar antes de salir. Pero la verdadera respuesta se encontraba a mi lado.
Yo.
Una gorda chistosa, muy sincera que le encanta la comida y es algo insegura, tenia un chico a su lado.
Y era nada mas y nada menos con el chico que todo el colegio fantaseaba, hasta los gays. Y si, era un acontecimiento tan grande y a la vez raro porque... ¿Como el chico mas guapo, uno de los mas inteligentes con un puesto en el cuadro de honor, estaba con una chica como yo?
Porque si fuera el, no saldría conmigo.
Pero, apliquemos el beneficio de la duda. Sabia que era muy inteligente y muy respetuosos, no era el típico patan del cual te enamoras, no, esos abundan en el colegio pero todas idealizabamos a Johnny Lincoln.
Imaginatelo:
1. Guapo, como ¡Oh. Por. Dios! ¿Acaso es un modelo europeo? ¡Y estudia en mi colegio!
2. Inteligente, tanto que las mejores universidades ya estaba detrás de él como Harvard.
3. No es patán. Y eso dice muchooooo de él, es todo un caballero, responsable y respetuoso. Es seguro de si mismo y muy maduró.
¿Ven? La trifecta.
Y si le sumamos que esta en el equipo de squash y ha llevado al colegio a los mejores campeonatos, también juega ajedrez.
¿Algo que este chico no tenga? Por cierto, su familia tiene dinero.
Oh, si. El chico ideal.
Pero ¿Que tan perfecto puede ser? El defecto es tener ese "tipo" de familia que crítica todo pero no es su culpa, el no tiene la culpa de haber nacido en una familia que hasta juzga por lo que comes.
Y así me encontraba ayer, siendo observada, voltee a verlo y tenia una sonrisa impecable no forzada, fuimos a comer a un buen restaurante y después me dejó en casa con un beso en la mejilla y en la comisura de la boca y se fue sonriendo.
¿Puedes creer lo? Porque yo aun no lo creo.
Ahora en el presente, me estoy dirigiendo a clases, saludo a una amiga que va lejos y entro al salón y parece que alguien murió
Porque están callados.Me coloco en mi puesto con mi compañero de laboratorio y en eso me percato que hasta el me observa.
-¿Es cierto?
-¿De que? -pregunto confundida
-Que has salido con Johnny Lincoln.
-Si... ¿Que tiene de malo?
-No, nada... Solo que no lo creía
-Gracias...-digo un poco molesta.
Toda la clase puse atención con suerte debido que no me interesaban nada los rumores o las miradas lacónicas que me dedicaban cada vez que la profesora volteaba a la pizarra.
Fui la primer en salir y aun así en los pasillos había un leve murmuro inquietante que me hacia preguntar si los rumores de mi dejarían de importar alguien mas seria la sensación de la escuela y me ignorarían como es normal.
No vi a Johnny en almuerzo ya que tenía ir a la cafetería así que me estuve en la terraza de la biblioteca haciendo nada mas que mirar a un punto fijo.
—Oye...
Volteando me hacia la voz que me despertó de mi trance, Johnny se sentó a mi lado con esa sonrisa mata chicas unionendo mas su silla con la mía así el espacio personal que yo tenia desaparecería.
—Hey...—murmuré de vuelta
—¿Como te va? Te esperaba en el almuerzo y como veía que no aparecías te busqué por toda la escuela arrepintiéndome de no haber empezado por lo mas obvio.
—Lo siento, la presión de la sociedad estudiantil me tiene exhausta.
—¿Por los rumores? No le hagas caso, de igual forma solo tu y yo sabes lo que tenemos...—dijo seguro de si mismo
—Yo...—Demonios, si, tiene razón. Quien era yo debatiendo su lógica cuando era uno de los chicos mas inteligentes del colegio, pero la lógica de mi propio cerebro la quiso debatir usando vilmente mi boca– ¿En si que somos? Solo se qué te gustó, tu me gustas...obvio, pero eso no nos hace novios...
—Pero eso no quiere decir que no lo podamos llegar a ser...
Rayos, chico...me tienes mal.
—¿Hay alguna posibilidad...?—empecé preguntando incrédula pero aún determinación en sus ojos me dio la respuesta.
—No seas tonta, claro que hay muchas posibilidades... Siempre y cuando sigas siento tu, que eso es lo que me hizo notarte.
—Wao... No se que decir, ¿gracias?
—Aparte de lo que me llegó a gustar de ti y —por supuesto —me sigue gustando de ti, de mi...¿qué es lo qué te gusta?
Diablos, por donde empezar aparte de que él era la trifecta...pero decirle eso seria como hablar de mis locas ilusiones así que tuve que resumirlo mas.
—Ha habido algo siempre en ti que es lo que mas me atrae aparte de lo físico, y es tu increíble fluidez verbal... Me gusta escucharte en los debates del colegio, suenas muy interesante al hablar, tu inteligencia se denota tanto. Me flechas te cuando te vi en la final del debate en 7 grado.
—Vaya, pensé que a las chicas les gustaba por ser guapo y tener dinero, pero siempre me equivoco al compararte con las demás chicas del colegio. Te gusto por lo qué mas me destaco.
Imposible no sonrojarse, lo que había dicho era tan solo un piropo, él merecía mas.
—Bueno, me toca a mi...
—No es necesario... —dije con nervios— no hay mucho que decir de mi.
—Claro qué lo hay, ¿Sabes cuando mi interés creció sobre ti? Fue cuando defendiste a Layla en 9no grado; ella estaba un mar de lágrimas avergonzada por lo qué le había pasado, entonces tu saltaste a defenderla...
Layla es mi mejor amiga. La defendí ya que tuvo un accidente con su periodo y tenía qué hacer algo para que pusieran la atención en otra cosa. Y terminé cayendo me de mi pupitre para que todos se rieran de mi, no de ella.
Desde entonces somos mejores amigas.
—Y luego después de ponerte mas atención...Supe que eras leal con tus amigas, muy graciosa, simpática muy a tu manera y tienes ese don de hacer reír a las personas...
Genial, cara de payasa me vio.
Pero igualmente le sonreí de vuela.
—Me gustas mucho.
—Tu también me gustas mucho.
Inclinado su rostro selló sus palabras con un beso. Rayos, ojala y este hubiera sido mi primer beso.
Lo bueno es qué es el primer chico en notarme como era.
Creo que toda chica debería de tener su propio Johnny Lincoln.
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En un planeta de historias
Short Story•Pequeños relatos e historias que se han asomado por la ventana susurrandome en el oído diciendo "escribenos"