Oh.
Cárajo.
No inventes.
¡Callate!
Que paja.
No te creo.
Imposible.
¿Bromeas, cierto?
No. Todo era verdad. Era él. Lo reconocí perfectamente desde qué sentí ese olor a quemado que dejan las llantas cuando haces un tipo de locura con el carro.
Entonces logre ver su carro. Ya no era un clásico, ahora era uno mas moderno pero siempre color negro, es como que simpre estuviera de luto desde que se fue.
Cuando se bajó del carro, sus botas estilo militar ya no estaban, ahora estaban unos burros negros recién lustrados, jeans de mezclilla y al ver su dorso logré ver qué las típicas camisas blancas ya no se encontraban, ahora era un azúl pálido, pero su vieja chaqueta fue la que me impresiono mas debido a que esperaba verla, pero no, ya no estaba. Ahora era otra chaqueta.
Entonces al ver su cara, pude saber que no estaba equivocada del todo.
Cabello negro, tan oscuro como la noche, con su estilo de Elvis, blanco como el papel sin ningún rastro de sol en sus pómulos excepto por su lunar en la mejilla izquierda. Cejas negras como el carbon y tan gruesas que juraba que se sentían a terciopelo sí las tocabas. Labios pronunciados, de esos que quisieras morder o dormir en ellos. Y ojos... Ojos tan grises como el mismo ojo del huracan. Te podías perder en ellos.
Así era él. El mismísimo en personificación. Un chico problema una vez, un chico problema para siempre. Se rumora a que él había matado a su padrastro —cuya declaración es absurda para mi— y por eso se había ido a Trisman, la cárcel para menores, o que él había ido a un hospital psiquiátrico por su ira desenfrenada.
Lo cierto de todo es qué era falso.
Él sí se había ido por la muerte de su padrastro, porque yo estaba ahí, su padrastro resulto ser mi padre y resulté ser su media hermana a la que protegía siempre. Mi padre si resultó ser asesinado pero no por él, era abogado de un empresario que lavaba dinero. Esto dice mucho de porqué su destino con la muerte.
Él sí tenía problemas con su ira pero no por eso fue a un hospital, si no que lo habían enviado a latinoamérica donde Mami Linda, mi abuela, quien lo quería como su propio nieto y él la adoraba, lo corregiría. Ella se iba a encargar en encaminarlo de la manera tradicional.
Y me alegró que lo hiciera porque él hombre de antes, el que yo conocía no hubiera sonreído con fluides, no hubiera hablando con nadie y ni siquiera abría encontrado los ojos de su media hermana...
Aun que por los papeles de divorcio su mamá y mi padre se firmaron antes del asesinato. Para él siempre sería su pequeña hermana.
Y eso era triste. Porque siempre tuve una vision diferentes de él de mi de la que él la tiene de mi con él.
Él llegó a ser tan recervado y tan conservador de sí mismo que lo veías solo frecuentando con otro chico malo que no era de la escuela, era quien lo metía en las carreras de autos y apuestas de póquer.
Ahora era diferente. Pude verlo.
Como estaba en estado de shock por la impresión que me dio al verlo, poco a poco sentí unos brazos rodear me y encerrarme en ellos para luego sentir un cálido beso en mi frente, apreté su cuerpo contra él mio. Se había ido por 3 largos años.
—Dee
—Ryan.
Mi cabeza se estrelló contra su pecho y empecé a sollozar, lo había extrañado tanto que no me imaginaba su regreso en una sola escena, habían muchas escenas en juego pero esta no me la imaginé posible, lo cual agradezco.
No se por cuanto tiempo nos estuvimos así, sólo se que empezó a llover, entramos a la escuela antes de mojarnos y me condujo hacia la biblioteca la cual afortunadamente estaba vacía.
—Solo venia a saludar
—¿No te quedas?—pregunte asombrada.
—No, tengo que ir a inscribirme en la universidad estatal. Se que estas en horario escolar pero...¿quieres venir conmigo?
—No puedo escaparme, tengo un examen de Ética. —dije triste— ¿Te estas quedando con Gin?
—Ginnifer me aceptó en su casa muy encantada pero sabes que tengo que regresar a arreglar las cosas con mamá, así qué si... Me estoy quedando con ella. Espero que no te moleste...
Gin era mi tía que mas parecía mi prima quien se había enamorado locamente por Ryan, eso lo entendía pero Ryan solo jugo con sus sentimientos en el pasado...
—No me molesta, Clau estará feliz de verte también.
—Si, las dos han sido hospitalarias conmigo. Me alegro que no te moleste.
Y la verdad que no lo hacía, Clau es la mamá de Gin y quieren mucho a Ryan, querdaron muy afectadas después de la muerte de mi padre.
Lo acompañé afuera y me dio tremendo abrazo y se fue.
Se sentía como qué nunca hubiera estado ahí.
Y sin embargo nunca lo estuvo. Él seguia en la prisión Trisman por asesinato de mi padre.
Sumergirme en mi propia imaginación a veces alivianaba la cruda realidad. Aunque sin importar eso, seguía sintiendo algo por él.
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En un planeta de historias
Short Story•Pequeños relatos e historias que se han asomado por la ventana susurrandome en el oído diciendo "escribenos"