Ese sentimiento que nadie nunca me haría sentir.

Capítulo 1.

Dentro de una semana empezará el instituto y yo pues no sé ni con quién voy a ir ni nada, así que seré la nueva, eso que tanto odio. Pero ahora me estoy instalando en la casa de mi padre, es muy grande tiene 3 plantas, ático y sótano. Mi habitación está arriba del todo, es decir el la 3° planta, lo bueno es que tengo un baño en el cual sólo puedo acceder yo.

Ya he acabado de colocar las cosas, justo cuando me llama mi padre
Daniela- dijo gritando - sal fuera a tirar la basura, y así ves a los vecinos y haber si haces algún amigo o amiga para el insituto.
Vale - dije con voz cansada.

Salí cargada de bolsas, que por cierto olían fatal, y no encontraba los contenedores, andaba un poco perdida. Seguí para alante a ver si había alguno. De repente se me acerca un chico por detrás me dice;
-Hola yo soy Hugo, supongo que tu serás la nueva, te he visto un poco perdida por aquí y he venido a ayudarte y a enseñarte esto un poco por que es bastante grande
-Hola yo soy Daniela, supongo que tu eres el de al lado, nuestras casas están pegadas, y te vi por la ventana, parecías sorprendido al verme- dije.
-Jajaja, si, es que hacia mucho que nadie se mudaba aquí y me he quedado sorprendido al ver una chica tan... -se puso nervioso- bueno, por lo que veo ibas a tirar la basura, ¿No?
-Sí, es que llevo como diez minutos buscando y nada, esto es grandísimo.-dije entre risas-.
-Ven, sígueme.
Fui detrás de el hasta que llegamos a los contenedores, fuimos callados por que estábamos muy cortados y yo pues todavía más.

-Bueno señorita ya estamos aquí, ¿te ayudo a tirarlas? Parecen pesadas. -Dijo él-.
-No, no tranquilo, ya puedo yo sola, pero gracias igualmente.
Lanzé las bolsas y dije;
-Oye, si no es mucha molestia, ¿podrás guiarme hasta mi casa?, es que todavía no tengo controlado esto.
-Sí claro, será un placer, Daniela. Aparte que vivimos al lado, tengo que ir allí igualmente.
Le Sonreí, mire al suelo y le seguí.

Llegamos a nuestra casa y yo me iba a ir, me cogió de la mano y dijo;

-Oye, no te vas a despedir?
-Ai, si, lo siento, es que pensaba que ya te habías entrado.

Le di dos besos y el me cogió de la cintura, y me dijo;
-Bueno, pues hasta mañana, me alegro mucho de haberme topado contigo. *Guiño*
-Igualmente, y gracias por todo.

Me entré a mi casa, y subí a mi habitación a asimilar lo que había pasado, en lo guapo que era Hugo y en lo amable que había sido. Quería asomarme a ver si le veía desde la ventana pero me daba corte, no quería que pensara que estaba loca o algo. Así que me apagué la luz y me fui a dormir con una gran sonrisa en la cara.