•Cuatro: Wasabi•

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Me aferre al volante al mismo tiempo que ella cerró la puerta del auto.

     Ella está en el asiento de pasajero. Al igual que la última vez.

     Se abrochó el cinturón de seguridad y colocó las bolsas en la parte de atrás. 

     —¿Quieres saber cómo he estado, Q?

     Sonreí y comencé a reír mientras encendía el motor. 

     —Sí. Iba a preguntar, pero teníamos que ir de compras. 

     Ella me dio una pequeña sonrisa y descansó su cabeza en la ventana.

     —New York estuvo bien. Tiene muchas luces y mucha gente. Pero pronto me dí cuenta que a dónde quiera que vaya termina siendo una ciudad de papel, Q! Las luces son falsas! Las personas son arrogantes y estúpidas! Simplemente apesta. Traté de conseguir dinero, hice todo lo que pude. Apenas tuve lo suficiente para llegar aquí. Maldición! ¿Por qué tienen que ser tan tontos y juzgarme solo por mi rostro? — ella miro hacia abajo, una lágrima rodó por su rostro bajo la luz de la luna.

     Si no estuviera parado esperando la luz verde del semáforo y si ella no me importará tanto me habría quedado en silencio. 

     Pude oír la voz de Ben en mi mente "Vamos Q! Lograste que la conejita de miel más importante llorará como un bebe!" Cínico Ben. Saqué ese pensamiento de mi cabeza.

     Margo voló al rededor de su asiento al mismo tiempo que yo maniobraba en la hierba. Ella se sentó derecha y rígida.

     —¿Qué demonios, Quentin?!

     Apagué el motor y la miré. Su rostro está lleno de miedo, agonía y rabia. 

     —Margo no sé por qué la gente te juzga por tu rostro. Ni siquiera sé por qué la gente juzga todo, en absoluto! — desabroché mi cinturón de seguridad y me desplomé sobre mi asiento — Porque la verdad, Margo, es que el mundo es un lugar injusto y la gente tiene el estúpido instinto de juzgar a las hermosas personas que merecen más que felicidad. Ahora, ¿por quién nos detenemos primero?

     Sonrió ampliamente: 

     —Lacey.

     Fruncí las cejas en forma de pregunta. ¿Qué demonios hizo ella ésta vez?!  La miré y ella asientió con la cabeza como si me dijera que la llevará allá de todos modos.

     Lacey se había mudado con Ben después de la graduación, y nunca supimos la razón. Ellos nunca nos dijeron exactamente, pero estoy adivinando que el Wasabi no se usa con moderación. Al menos eso espero. Me rio de mis propios pensamientos y luego enciendo el motor.

     Nos posicionamos en la carretera de nuevo, para ir a donde Ben. Margo movió su cabeza de la ventana para mirarme, cuando estamos a medio camino.

     —¿Por qué nos dirigimos a lo de Ben? — susurro.

     Tomé un sorbo de Mountain Dew cuando la luz del semáforo cambió a rojo.

     —Preguntale a Lacey cuando lleguemos.

     Ella rió y luego volvió a apoyar su cabeza contra la ventana. Estuvimos el resto del camino en silencio. 

     La oigo suspirar cuando llegamos a la entrada. 

     Aquí vamos.

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NUEVO CAPÍTULOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

Vidas de Papel (Secuela de Ciudades de Papel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora