¿Cómo tienes esa valentía, idiota? ¿Cómo puedes ser capaz de decir eso y no inmutarte?
Primero me dices que soy tu niña, que sólo soy tuya y que me amas, y luego...
Luego te vas. Ni siquiera me dices 'adiós, te amé', no, sólo te vas.
Y eso no es todo.
No es ni la mitad del principio.
Después dices que sólo me quieres como una hermana, y que amas a mi amiga, no a mí.
¡Y ni siquiera me lo dijiste a mí! Sólo lo colgaste en tu estúpido blog como una estúpida carta de despedida.
¿Sabes qué? Que me da igual lo que te haya pasado, me da igual que tu hermana se haya muerto y que quieras que te tenga pena por eso. ¿Sabes por qué? PORQUE ERES UNA PERSONA DE MIERDA.
Y encima sueltas que te has dado cuenta de que tú nunca me importaste. Pues te equivocas, y mucho.
Tú me sacaste de mis peores momentos sin ni siquiera saberlo... y sólo tú has sido capaz de devolverme a ellos.
Que he captado la tristeza, y he pasado mi primera noche llena de alcohol, por ti.
Que nunca le demuestro a nadie cuando estoy hecha mierda. NUNCA. Siempre me lo callo.
Contigo, en cambio, no he podido.
¿Sabes qué le he dicho a mi mejor amigo?
"Hola, me siento horrible".
Y se lo he contado todo... Cada detalle, y cada motivo por el que he llorado.
¿Sabes lo que me ha respondido? Que no es culpa mía, que no me mereces, que soy una nena demasiado confiada a la que le ha hecho demasiado daño un idiota.
Quizás es verdad, pero que yo soy más idiota por echarte de menos.
Quiero borrar nuestras conversaciones pero no puedo, porque siempre acabo releyéndolas y sintiendo que estaría borrando historia.
Cuando te conocí lloraba todas las noches, y no se lo decía a nadie.
Gracias a ti descubrí que simplemente necesitaba a alguien que me dijese que soy linda, que tratase de hacerme feliz en malos intentos de chistes sobre mi cabello, o que me mandase siempre un estúpidamente elaborado mensaje de buenas noches.
Y ahora vuelvo a llorar.
Nunca te dije lo feliz que me hacías.
Lo que te necesitaba.
Lo que te necesito.
Pero sí te dije que te amo.
Tú también me lo decías.
Con la diferencia de que yo no me lo tomaba a la ligera y realmente lo sentía.
Y resulta que sólo me estabas sacando del infierno para coger carrerilla y hundirme más profundo.
¿Querías hacerme daño? Lo hiciste.
¿Querías humillarme? Lo hiciste.
¿Querías romperme el corazón? Lo hiciste.
Que después de todo, sigues siendo mi príncipe.
Y que si me llamas 'princesa' que sea porque me quieres, no porque tu amor es puro cuento.
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Todo lo que nunca dije.
Non-FictionUn día voy a escribir todo lo que siento y te vas a preguntar si te trata de ti. Y probablemente sí. Y posiblemente ya no. Porque yo también necesitaba un pequeño lugar para desahogarme.