Capitulo 2

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Absorbiendo toda la vitamina que aportaban los rayos del sol, Rosalya y yo estábamos tumbadas en el áspero suelo de la azotea, con la mirada fija a un punto fijo en el infinito del cielo. Tras algunas bromas de la albina sobre la excesiva caballerosidad de su cuñado, éste se sentó con Castiel y le preguntó algo sobre una libreta... A mi parecer la había perdido, pero no estaba muy segura.


-Chicos, ¿dónde está Liam? Ha faltado otra vez a clase... -preguntó Rosalya rodando sobre sí misma para mirar a los chicos.


-Problemas con su viejo -habló Castiel, quitándole importancia con un gesto despreocupado de hombros.


-Hace bastante que no lo veo -dijo la albina soltando un suspiro. Parecía realmente preocupada.


Me quedé callada evitando interferir en la conversación. Aquél tema era muy delicado incluso para mí. Cuando era joven, mis padres me exigían mucho, por lo que no pude vivir mi infancia como el resto de niños. Pasar tanto tiempo entre libros de cursos avanzados hizo que, poco a poco, me fuera encerrando en mí, creando una burbuja en la que no podía entrar nadie más. El tiempo pasaba y yo no era capaz de relacionarme con normalidad, por lo que tuve una vida bastante solitaria.


-La pluma... -mumuró el chico de ojos bicolores- Ya decía yo que se me olvidaba algo.


-Lysandro, tienes un problema -dijo el pelirrojo encendiéndose otro cigarrillo-. Dentro de poco vendrás al instituto con el pijama.


Rosalya rió y se levantó de un ágil salto. Al igual que ella, me puse en pie, pero la peli-blanco me hizo volver a sentarme.


-Yo me voy que he quedado con Leigh, pero tú quédate con ellos -señaló a los chicos, que no prestaron mucha atención.


Y sin que pudiera oponerme ni decir una palabra, desapareció rodeando la pared que nos cubría y oí como rechinaba la puerta de metal oxidado. Confundida, incómoda, y para qué negarlo, algo asustada, observé a los chicos que habían empezado a conversar animadamente sobre música.


Lo poco que conseguí oír, me confirmó que Lysandro era el vocalista del grupo y Castiel el bajista. Por lo visto iban a cantar dentro de poco en un pequeño bar del barrio donde vivía el pelirrojo, y su compañero tomaba nota de la dirección.


-Y ¿qué tipo de música cantáis? -gran error preguntar. Estaban tan distraídos que se habían olvidado de que yo estaba alli, por lo que el pelirrojo me miró confundido y algo enfadado.


-Rock sobre todo -tuvo el detalle de responderme el albino con una sonrisa-. Rosalya me ha dicho que tú también cantabas antes en un grupo -el pelirrojo alzó las cejas al oírlo. Al parecer había conseguido despertar un poco su interés, aunque se molestase en fingirlo volviendo a fruncir el ceño


-Sí, pero hace ya unos meses que no sé nada de ellos -dije quitándole importancia y deseando que cambiase de tema. Hablar con alguien sobre mi vida no era de mi agrado, y mucho menos si lo acababa de conocer.

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