3. ¿Problemas?

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Parecía que a Isaac se le saldrían los ojos de su orbita, aunque en realidad no podía concentrarme en su expresión, solo en el dolor que tenía, si antes sentía que se me iba a despegar la nariz con el balonazo, ahora probablemente no tedría la nariz en mi cara.

-Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento- Repitió una y otra vez llevándose las manos a su cabeza- ¿Estás bien?

-Realmente, no- Dije como si tuviera una excesiva congestión nasal ya que me estaba apretando la nariz para que no sangrara- Solo vete y dame la estúpida pomada.

-¿Estas en tu lecho de muerte y piensas que te dejare ahí tirada?- Rodé los ojos- ¡Estás loca!

-Isaac tienes que irte, mis padres llegaran en cualquier momento- Dije levantandome del suelo.

-Sólo dejame ponerte la pomada, reviso tu nariz y te prometo que me voy- Bufé- Mis promesas son en serio.

-Vamos arriba- Subi las escaleras con Isaac detrás de mi, caminamos por el pasillo y vamos a mi cuarto.

-Tu casa es hermosa.

-Gracias- Digo y voy al espejo a ver mi nariz. Quito mi mano y veo que mi nariz esta roja e hinchada, ignorando el hecho de que duele como el diablo- Que divertido.

-Déjame ver- Dice Isaac caminando hacia mi y para a unos cuantos centímetros de mi, se agacha un poco para ver bien de cerca mi nariz y siento su respiración en mi cara- ¿Puedes lavartela un poco aunque sea por arriba? Es para poner la pomada.

-Supongo- Digo y me alejo de el para ir al baño y echar agua en mi mano poniéndola delicadamente en mi nariz, la seque con la toalla y me devolví al cuarto- Dame la pomada.

-Yo te la pongo.

- Me podrías dejar hacer algo por amor a Dios.

-Eres tan testaruda solo...-se agarra el puente de su nariz- Lo hago y me voy, lo prometí.

-Está bien- Resoplo y me acerco un poco.

-Acercate más, no muerdo- Dice en tono burlón.

-Oh, eso que acabas de decir fue tan patético- Intento reír pero duele y hago una mueca.

Isaac solo ríe y se acerca hasta de nuevo, quedar a centímetros de mi cara, echa un poco de pomada en su dedo índice y pasa su dedo por mi nariz, me alejo un poco.

-Está frío- Digo y el vuelve a pasar su dedo por mi nariz con cuidado, y me sentí un poco incomoda por el silencio y su cercanía- Tienes unos ojos muy lindos.

-Gracias- dice y se aleja- Los tuyos también.

-Gracias- Digo y cierra la pomada- Lo prometiste así que ahora te vas- hago un ademan hacia la puerta.

-Si lo se- bufó- ¿Me abres la puerta siquiera?

-Está bien- Digo saliendo por la puerta con Isaac siguiendome, y justo cuando vamos por la mitad de la escalera escucho la puerta de un auto cerrarse y la voz de mi padre hablando por teléfono- No, no, no, no ¿por que a mi?

-¿Qué?- Pregunta Isaac confundido.

-Mis padres- Susurré y le hice un ademán de subir las escaleras.

Esto era muy malo, si mi madre o mi padre veían a Isaac aquí dentro se volverían locos y estaría castigada como por mínimo 2 semanas. Si, mis padres son un tanto radicales, pero es su carácter y en 16 años de mi vida no he podido hacer nada contra esto. Subimos las escaleras y llegamos a mi cuarto.

-¿Qué sucede?- Pregunto Isaac.

-Ok, mis padres son algo... Estrictos- Si esa es la palabra- Y si te ven aquí no va a ser bonito para mí.

-Pero ellos quizás entenderán por lo de tu nariz.

Oh claro, mi nariz algo mas que tendría que inventar.

-¿Elena estás aquí?- Se escucho un grito desde abajo e inmediatamente me puse pálida.

-¡Si ma, dame cinco minutos!- Grite de vuelta y me dirigí a Isaac- Por favooor, solo espera aquí, los distraigo un rato y te vas- Hablaba con obvio nerviosismo.

-Está bien ¿pero como sabré cuando?

-Dame tu numero de teléfono y te avisare por un mensaje.

-¿Acaso esta es solo una excusa para quitarme mi número de teléfono Elena?- Rió y yo solo rodé los ojos.

-Que ego- Le entregue mi teléfono para que anotara su número. Termino y salí de mi cuarto dirigiendome abajo.

-Linda ¿Como te fue?- Se acercó mi madre y me dió un beso en la mejilla- ¿Que te sucedió?- Dijo con asombro mientras veía mi nariz.

-Me dieron un balonazo, fue mi culpa, me pare en medio del campo de soccer, pero está bien, fui con la enfermera y me dijo que solo saldría un moreton y se hincharía, me pusieron una pomada.

-Oh- Dijo caminando escaleras arriba- Hay una camioneta en frente de la casa ¿sabes de quien es?- Puedo jurar que me puse pálida.

-No, para nada.

-Ayer deje mi collar en algun lado de tu habitación. ¿Lo has visto esta mañana?

-Eh no, ¿quieres que lo busque mientras te desocupas allá abajo?- Dije con nerviosismo.

-Tranquila yo lo busco- Dijo abriendo la puerta de mi habitación.

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