Capítulo 4

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Salimos temprano por la mañana camino al aeropuerto, para tomar el avión que nos llevaría a Los Ángeles, nuestro vuelo tardo aproximadamente unas 4 horas en llegar a nuestro destino, en el trayecto solo dormí, para tener las suficientes fuerzas para recorrer la ciudad.

Al llegar a Los Ángeles, no alojamos en el hotel "Sheraton Gateway Los Ángeles" piso septimo habitación 712, el cuarto es hermoso las paredes son de un tono verde esmeralda, se puede observar la playa desde el ventanal, el clima afuera es agradable, sin rastros de posibles lluvias. Mamá bajo al restaurante, a reunirse con uno de sus jefes, Bryan y yo nos quedamos a en la habitación  para relajarnos un poco.


Cuando mamá volvió de su reunión Bryan seguía durmiendo,

-Heather hija, vinieron también los hijos de mi jefe Claudio, ellos están en la piscina, si quieres pasar un momentos con chicos de tu edad-

-¿Qué harás tu mamá?-

-Yo me quedare cuidando a Bryan-

-Creo que no seria mala idea-

-Hija recuerda volver antes de la cena-

-Claro mami y gracias-

A los hijos de Claudio los había conocido en otra de estas reuniones, su hija Margarete es extrovertida y le encantan los riesgos, mientras que Daniel es todo lo contrario, es reservado y algo serio, pero ambos son muy agradables.

Baje a la piscina para reunirme con ellos.

-Eh chicos, ¿como están?-

Margarete corrió hacia mi abrazarme, -Heather estas guapísima, que agradable verte de nuevo, ¿no lo crees Dani?-

-Hola Heather, espero que el viaje aya sido agradable-

-Heather iremos en la noche a una fogata en la playa, ¿te gustaría acompañarnos?-

-Solo si Daniel canta una canción en la fogata-, si Daniel canta, tiene una estupenda voz, pero son pocos los que lo han escuchado.

-si me lo pides así, creo que no podre negarme-, todos reímos al unisono.


Después de cenar con mi familia, me reuní con Margarete y Daniel en la entrada del hotel. Como el hotel esta cerca de la playa, caminamos para llegar a ella. Nos unimos a un grupo de 20 personas, algunos son amigos de los hermanos, otros los conocían por primera vez. La mayoría de los chicos eran agradables, salvo algunos, como en todo grupo siempre hay personas que se creen superior que otros. Todos conversaban y reían, unos de los chicos saco una guitarra para ambientar la situación, unas chicas mayores que yo cantaron la canción sino a ti de Laura Pausini y Thalia, luego de un rato le toco el turno a Daniel.

-Heather, ¿qué canción te gustaría escuchar?, abucheos y silbidos se escuchaban en el fondo, lo que provoco que mis mejillas se tiñeran de un color rojizo.

-Me gustaria escuchar musica ligera de Soda Stereo-, Daniel sonrió para mi, y comenzó a cantar.

Margarete se acerco para molestarme con su hermano.

-Daniel jamas se comporta así con nadie, creo que le gustas-, actué como si no la hubiera escuchado, no estaba preparada para hablar de romanticismo, no después de lo de Walter.

El grupo se había reducido a 7, debido a la hora, decidimos dar un paseo  por la playa. Una débil capa de neblina comenzaba a  tapar el borde costero, Margarete caminaba delante con un chico llamado Benjamín, yo caminaba atrás con Lauren  y Letisia. La neblina cada vez se hacia mas densa, que al cabo de unos minutos los perdí de vista. No tenia miedo a estar sola, pero este lugar no me era familiar y no conocía a nadie mas que los hermanos y algún par de chicos de la fogata. Entre la neblina pude divisar la sombra de un hombre, su contextura parecía la de Daniel, aunque era difícil de distinguir si se trataba de él o no. Decidí seguirlo, era mejor que estar sola en medio de la playa, seguirle el paso era difícil y parecía no escuchar mi llamado, por lo que me detuve a retomar el aliento, la neblina comenzó a dispersarse, una gran e imponente cueva apareció frente a mis ojos, no se en que lugar me encuentro, ni cuanto me habré alejado del hotel. Lo único que llamaba mi atención era la cueva y el grito que provenía de su interior.











Días de LluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora