Prólogo

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Esta es la historia de un grupo de preadolescentes, todos con un problema diferente... ¡Wow, eso rimó! Soy toda una poeta bitches!!.

Por cierto, mi nombre es Cathie (se pronuncia «Keity», para los retrasados que no hablan inglés, aunque yo tampoco, pero bueno), pero todos me llaman Cat. Lo sé, Cat significa gato en inglés, pero me llaman así y les rebano sus cositas, y si, soy agresiva. Tengo trece años pero dentro de dos meses, cumpliré los catorce. ¿Mi vida? Como describirla... Pues... Es algo como...

-¡Cathie Angélica Austin!- gritaron desde abajo -¡Baja y ven a recoger tu puta patineta!.

Mi querida madre, siempre gritándome por todo.

-¡Ya voy, mujer!. ¡No te alteres!

Mi querida yo, siempre tan respondona.

Bajé a recoger la patineta que dejé en la sala, cuando siento que alguien toca el timbre, me dirijo a la puerta y la abro.

-¡Emergencia número 2911!- habló Maia, mi mejor amiga desde la infancia. 13 años. Rubia. La típica sabelotodo del salón.

-¡NO PUEDE SER!- grité aún sorprendida -¿Cuando? ¿Donde? ¿Como?. Cuéntamelo ya.

Propuse y la jalé del brazo hacia mi habitación. Entramos, cerré la puerta con pasador y ella se sentó en mi cama.

-Bueno- comenzó a hablar -Desde ayer tenia dolores y hoy después me levanté y lo vi, fue asqueroso.

-¿Eso o "La charla"?- pregunté. Ella hizo una cara de asco.

-NI ME LO RECUERDES- me tomó de los hombros -No. Fue. NADA. Lindo- reí.

-¡Vamos!. No creo que sea tan feo- ella hizo una cara de «¿Bromeas?»

-Oh no, no estoy hablando de la menstruación- se levantó de la cama -La charla. ¡La puta charla!. Fue la charla más incomoda del mundo, más aún cuando el que te la da es tu padre. No fue nada bonito.

Maia vive sola con su padre, su mamá se fue cuando ella tenía solo nueve años, no sabemos el paradero de su madre y eso se le hizo muy fuerte a Maia y a su padre, pero viéndole el lado bueno, ella y su papá son más unidos que unos propios siameses, pero aún así, "La charla" no debió de ser linda.

Me siguió contando detalladamente sobre la charla. Yo nunca he tenido una... Y espero no tenerla nunca. Todas y todos mis amigos me han hablado de la famosa "charla" y me han dejado traumada los muy putos.

Así estuvimos, unas dos horas hablando de ese tema y de su visita de Andrés, hasta que escuche que tocaron la puerta, me levante a abrirla.

-¡Hola, Gata en celo!- No. Puede. Ser.

-¡Will!- grité dándole un gran abrazo -¿En serio eres tú?

-No, Cat. Soy un marciano que tomó el cuerpo de Will para tratar de conquistar al planeta tierra- dijo con sarcasmo.

-Ja ja ja- dije -¿Sabes que?, no me molestaré contigo hoy, sólo porque llegaste y... ¡Abrazame de nuevo!

Acto seguido: me abrazó. Extrañaba los abrazos de mi mejor amigo. Will es rubio, de ojos verde oliva. Tiene catorce recién cumplidos pero debido a lo alto que es, parece de dieciséis. Él ha sido mi mejor amigo desde que tengo memoria. Maia, Alexa, él y yo somos como los cuatro mosqueteros: todos para uno y uno para todos (creo que ese es el lema, no me acuerdo).

-¿Y yo que?- dijo Maia -¿Estoy pintada en la pared?.

Will sonrió y dejó de abrazarme para ir corriendo a los brazos de Maia.

The Life of a PreteenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora