Cuando me giré con mi mejor cara de "no me toques", mi corazón se detuvo, de nuevo. Porque lo vi, de nuevo.
Mi ex-novio Frank.Un sentimiento de pánico invadió mi cuerpo al verlo allí parado frente a mí. Con esa sonrisa cínica estampada en la cara.
Y los recuerdos no se hicieron rogar, apareciendo rápidamente en mi cabeza."-Suéltame, Frank -le rogué llorando. Pero al parecer eso sólo lo hizo enfardar mas, porque ahora comenzó a golpearme aún más fuerte. Y yo que creía que no era posible.
Pedía ayuda, pero nadie estaba allí. Sólo él y yo.-Ésto es por mentirme -gritó el, mientras me daba un golpe en la cabeza-. Ésto es por intentar escaparte de mi -ésta vez su puño dio en mi ojo derecho-. Y ésto -se río frívolamente- es por ser una maldita zorra -y ahora ya no sentía dolor. Todo se había vuelto oscuro..."
-¿Me extrañaste, muñeca? -dando un paso al frente.
Intenté salir de allí pero el fue mas rápido y me sujeto de mis muñecas, con fuerza.Ya sentía mis ojos humedecerse, pero no podía dejar que me viera débil de nuevo. No.
-Suéltame -dije en un intento de tono seguro.
-¿Y si no quiero? ¿Qué harás, llamar a tus papis? Oh, lo olvidé -dijo sarcástico-. Los matarnos a los muy imbéciles.
¿Dijo lo que creo que dijo?
Ah no. ¡Eso sí que no!En ese momento, el pánico fue reemplazado por furia. Y todo el miedo y las ganas de salir corriendo, se transformaron en odio y ganas de partirle su sucio trasero.
Así que empecé por pegarle una cachetada.
-¡Lávate la boca antes de hablar de mis padres! ¡¿Oíste?!
Sentí una mano en mi hombro y giré mi cabeza.
-Tranquila, Kim. No lo vale -dijo Lizzie mirándome seria.Trató de llevarme a otra parte, pero no la dejé. Ya era tarde, Frank había logrado su objetivo: sacarme de mis casillas, y destruirme por dentro. Había removido todo el dolor que trato de aliviar día a día, pero que se me resulta imposible.
¿Pero que iba a hacer? No lo golpearía por el simple hecho de que él era varias veces más fuerte que yo. Y probablemente yo saldría lastimada.
Entonces, vienen que no tenía más opción que hacerle caso a mi amiga, le dí a Frank una última mirada de odio y me volteé dispuesta a irme.
Pero al parecer para él no se había terminado, porque volvió a tomarme del brazo y me atrajo de nuevo a él.
-Nadie me golpea y se va así como así.
Y mi respiración se aceleró en el momento en que lo vi alzar su mano, en posición de ataque.
Ay, no.
Cerré mis ojos y agaché mi cabeza, esperando que llegara el dolor. Pero por algún motivo no aparecía.
Abrí mis ojos y vi a Frank en el piso, debajo de Pierce, quien lo golpeaba indiscriminadamente.¿Y éste de donde rayos había salido?
Yo no me moví. No sabía qué hacer. No entendía lo que estaba sucediendo.
Al cabo de pocos segundos dos guardias de seguridad llegaron a separarlos y se los llevaron fuera del club.
No lo dudé y también salí yo. Estaba involucrada en todo este asunto.
-...¡y menos que vuelvas a tocarla! -gritaba Pierce, mientras Frank se alejaba por las oscuras calles.
Me acerqué a él y la poca iluminación que había me permitió ver que tenía un corte en el labio y que su nariz sangraba.
Ouch.
Cuando me vio dijo:
-¿Estás bien?
-Sí, gracias. En serio. Pero, ¿por qué hiciste eso?
-No me iba a quedar de brazos cruzados mientras ese... tipo, te golpeaba -dijo en tono obvio-. ¿Lo conoces?
-Sí, es mi ex-novio -hice una mueca.
-¡¿Qué?! -levantando la voz. Yo asentí apenada. Tampoco puedo creer de que haya sido tan ciega como para no darme cuenta de la clase de persona que era Frank desde un principio-. No lo puedo creer...
No había terminado de hablar cuando Stacy apareció.
-¡Amor! ¿Qué te hicieron? -gritó con su característica voz de pito.
-Tranquila, sólo fueron unos golpes.
-Escuché que estabas defendiendo a una chica -me miró-. ¿A ella?
Y allí estaba esa cara de pocos amigos por parte de la castaña otra vez. Agh.
-Sí, un tipo quería golpearla.
-No creo que haya valido la pena -dijo entredientes-.¿Qué tipo, amor?
-Frank Dickson -interrumpí yo-. ¿Lo conoces, Stacy? -dije sonriendo fríamente a la vez que recordaba el momento en el que la vi besándose con él.
Su cara se descompuso. Ajá, perra. Los ví. En los siguientes segundos tuvo lugar una guerra de miradas que sólo nosotras entendíamos.
Pierce se aclaró la garganta interrumpiendo lo que para él debió ser un incómodo silencio.
-Creo que deberíamos volver a entrar, ¿les parece? -ambas asentimos.
-Adelántate, cielo. Yo quiero hablar un momento con Kim -dijo en un falso tono dulce.
¿Y ahora qué?
-Escucháme bien, pequeña mocosa. Si llegas a decir una sola palabra de lo que viste, me vas a conocer.
Uy, qué miedo. Lo primero que hice fue reír. ¿En serio creía que podía intimidarme?
-Primero que nada, tenemos la misma edad. Así que quita lo de mocosa -dije con notable tranquilidad-. Y segundo, tu no eres quién para decirme qué decir o qué no. Y si tanto te preocupa que hable, pues quédate tranquila de que no lo haré. Confío en que Pierce no va a tardar mucho en abrir los ojos y darse cuenta qué clase de mentirosa tiene a su lado.
Y sin más me fui, con una sonrisa triunfante en mi rostro. Dejando a Stacy refunfuñar sola y con la palabra en la boca.
~~~~
N/A: Hola! ¿Cómo están?Bueno, sólo quería saber si les gusta como les va la novela o no. Es la primera que escribo y me gustaría que me dejaran su opinión en los comentarios. Sé que hasta ahora las lectoras son muy pocas, pero igual es importante para mi saber lo que piensan.
Sólo eso. ¡Gracias! :)
Atte: J.
ESTÁS LEYENDO
Te amo, pero te odio.
Teen FictionCuando Kim,una jóvenes huérfana desde los catorce años, consiguió empleo en la casa de Pierce Sanders, jamás imaginó que allí encontraría su pasado, su presente y su futuro. En medio de misterio y drama, te invito a compartir esta fascinante histor...