Es de noche. En la cocina están Zoro y Sanji hablando.
- ¿Has visto a Luffy hoy? -le dice Zoro a Sanji con una sorisa-.
- Sorpréndeme -dice Sanji sonriéndole del mismo modo a Zoro-.
- Estábamos hoy pescando Usopp, yo y Luffy y, de repente, salió del agua un tiburón. No era un tiburón normal, más que un tiburón era una ballena -dice sarcástico-. El caso es que picó en el anzuelo de Luffy. Él tiró y tiró y, aún con la fuerza que tiene, no lo dio sacado del agua. Parece ser que el tiburón se enteró que el pedazo de carne con el que siempre pesca Luffy, ya que "nadie se resiste al sabor de la carne", no era un pescado.
- Tampoco hace falta ser muy listos para darse cuenta de eso -se ríe Sanji-.
- Es un pez Sanji -Zoro se ríe y continúa la historia-. El caso es que el tiburón se dio cuenta y saltó hacia la superficie. Luffy pensó que quería jugar y saltó sobre el tiburón. Obviamente, al tiburón no le pareció un juego e intentó zamparse a Luffy. Ya sabes que Usopp es un gallina, entonces fui yo a rescatar a Luffy, ya que, en cualquier momento, el tiburón volvería a emerger.
- Esa parte podría omitirse porque Usopp es un gallina en toda regla -dice Sanji-.
- Puede que sea un gallina pero se convertirá en el guerrero más bravo de todos los mares, como prometió hace ya 2 años.
- De eso no cabe duda -se ríe Sanji-.
- Y eso -continúa Zoro- me tiré a rescatar a Luffy. Cuando llegué a dónde estaba el tiburón emergió. Luffy iba dentro de la boca del tiburón y no podía hacer nada. Peleé con mis espadas contra el monstruo marino y le vencí. No lo corté por si hería a Luffy. Quise sacar a Luffy pero estaba atado a uno de los grandes y afilados colmillos de esa bestia. Me pregunté a qué estaría atado. Miré, su mano estaba enganchada a una especie de pulsera muy bonita. Lo quité de ahí rápidamente ya que se ahogaría en cuestión de segundos. También me llevé la pulsera.
- Que chorizo -bromea gracioso Sanji-.
- ¿Y para que querrá un tiburón muerto una pulsera como esa, o para que la quiere estando vivo -ríe Zoro-?
- Apuesto lo que sea a que Luffy, ya fuera del agua, hizo como si no hubiera pasado nada -dice Sanji-.
- Exactamente -comenta Zoro-.
- Y... ¿que has hecho con la pulsera?
- La tengo aquí -Zoro saca la pusera, la mira y se la ofrece a Sanji- toma, quédatela.
- Oh, -coje la pulsera- es preciosa, muchas gracias Zoro.
- No hay de que -suspira- somos amigos.
- Sip -sonríe Sanji-.Sanji deja la pulsera sobre la mesa. Se quedan unos instantes en silencio.
- Sanji, ha pasado un tiempo y... bueno...
- ¿Que pasa Zoro? -pregunta Sanji-.
- Esque... no es fácil de contar... -se sonroja Zoro-.
- Eres mi mejor amigo Zoro, puedes contarme lo que sea - Sanji sonríe-.
- No quiero que esto acabe con nuestra amistad - suspira Zoro-, no, no puedo decirlo.
- Zoro, de verdad, no me voy a enfadar, digas lo que digas seguiremos siendo amigos - intenta tranquilizarlo Sanji-.
- Bueno pues....
- ¿Puees...? - se interesa Sanji-.
- Sanji yo... ¡¡TE QUIERO!!Zoro enrojece al instante y Sanji se queda en un estado de shock. Nadie dice nada, se quedan mirando uno al otro sin saber que decir.
- Me voy a dormir, será lo mejor -dice Zoro nervioso-.
- Zoro, espera
- No, Sanji, no puedo.Zoro escapa corriendo a su habitación más rojo que un tomate.
Sanji se queda en la cocina, mirando el suelo, aún sorprendido. Coje la pulsera que Zoro le había regalado como símbolo de su amistad. La mira en silencio y la apoya sobre su pecho. Sonríe y se sonroja.