Querido diario

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Querido diario:

¿Conoces esa sensación de tener miles de mariposas reboloteando por tu barriga sin control alguno? Yo sí.

Esa sensación que solo sientes con una persona, esa persona especial, capaz de hacerte sentir que el tiempo se detiene cuando estáis juntos y que todo va a ir bien.

Es lo más bonito del mundo; estar enamorada. Pero a la vez, es lo más doloroso, emocionalmente, que puedes sentir.

En estos temas del amor, de buena soy tonta, y de tonta, enamorada. Soy una enamorada de los libros y del prototipo de chico de los libros que leo. Ese prototipo que solo existe en la cabeza de los escritores y de todos sus lectores.

Parece que soy una desesperada del amor, pero no. Simplemente soy una chica que acaba de cumplir 15 años y que nunca ha estado enamorada de nadie. Nunca ha estado en una relación. Ni de un día. Supongo que seré rara o algo ya que mis amigas ya han estado enamoradas o simplemente atraídas por los que eran sus novios.

Bueno, yo estoy muy acostumbrada a ser la típica chica que pasa desapercibida o que incluso se meten con ella. Hasta que llegó el verano de los catorce años. En el que mi cara cambió, mi cuerpo también y mi forma de pensar no se iba a quedar atrás. Cuando llegué al instituto todo había cambiado ya que me había convertido en la chica que soy ahora y en fin.

Eso es todo, no me apetece alargar mucho más esta parte del diario así que ¡hasta pronto!

Releo lo que acabo de escribir en mi diario y lo dejo en la mesilla, para, seguidamente, tirarme en forma de ángel hacia atrás en mi cama. Sí, tengo 15 años y escribo un diario. Quién sabe, a lo mejor me es útil en un futuro. Miro la hora en mi móvil y me levanto de un brinco.

-Mierda, mierda, mierda- pienso en voz alta mientras elijo qué ponerme.

Os explico, he quedado con mis amigas para despedirme de ellas ya que esta mañana ha sido el último día de clase y mañana me mudo. Sí, me mudo de mi ciudad natal; Almería. Resulta que mis padres, como son de donde me voy a vivir, han querido volver después de tener los hijos aquí. En fin. Que me mudo a Madrid.

¡Ah, sí! Antes de nada, no me he presentado. Me llamo Paulina y odio terminantemente que me llamen por cualquier diminutivo de mi nombre. Me encanta que me llamen por el nombre completo ya que me parece precioso así que no me gusta que se tomen la libertad de llamarme Pau o Pauli o cualquier otro ingenio de la raza humana, que es muy lista para lo que quiere. Tengo 15 años y soy de Almería. Mis padres están casados y son de Madrid. No preguntéis por qué soy almeriense cuando mis padres no, porque ni yo misma lo sé. Tengo una hermana mayor, Anna, a la que quiero mucho. Nos llevamos tres años y ella, al igual que yo, nació aquí, en Almería. Soy una niña muy alegre, la verdad. No me gusta nada estar triste o enfadada. No aguanto ni dos minutos en esos estados de ánimo. En general, no soy la típica antisocial y amargada que solo piensa en lo dura que puede llegar a ser la vida. A todo le saco el lado positivo. En el tema instituto voy bastante bien. Saco buenas notas y, después de muchos intentos de buscar mi sitio, por fin lo encontré, y es con Sara. Es mi mejor amiga, mi hermana, mi confidente; con la que puedo contar siempre ya que nunca me ha decepcionado. Estuve durante un año viviendo en Londres dado que mi inglés es perfecto, me refiero a que el inglés es como mi segundo idioma, no es que yo sea una niña prodigio, ni mucho menos.

Me apasiona la fotografía, por lo que nunca voy a ningún lado sin mi Canon 600D. Y eso es todo, más o menos, ya me iréis conociendo. El último detalle no penséis que lo hago por fardar de fotógrafa, no. Simplemente porque creo que es algo muy importante sobre mí y que a lo mejor os interesa que me guste la fotografía, quién sabe.

De aquí a la luna, a pasitos de tortugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora