EL FESTIVAL

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Holis criaturitas de santa, bueno este es el cuarto cap, por petición de una amiga incluí gerita y spamano, sé que dije que la historia se trataría nada más de estos dos pero aun así no cambia nada del  resto, espero que lo disfruten, aquí le va:

 los personajes de hetalia no me pertenecen le pertenecen a su respectivo creador Himaruya Hidekaz, tampoco hago este con fines de lucro, solo para el entrenamiento mío y de los que lo lean.

Pareja: pareja principal usuk, parejas segundarias: spamano y gerita.

Advertencia: semi lemon y algo de tragedia (muy poquita)

EL FESTIVAL.

y hay estaba Arthur en la "enorme" fila para subir a la montaña rusa, solo tenía tres personas por delante y ya estaba desesperado no por montarse si no, por irse de ese estudio parqué, Alfred había ido al baño y la fila seguía avanzando Arthur miro para a atrás buscándolo y ahí lo vio junto al puesto de comida, ¿cómo ese chico podía comer tanto y mantenerse en forma?, le hiso una señal para que se viniera pues ya era su turno, el de lente salió corriendo con un algodón de azúcar en la mano, Arthur paso los boletos, y entraron al vagón todo estaba bien hasta que este empezó a moverse, en eso el inglés recordó que el "nunca" se había montado en una montaña, de niño siempre fue muy tranquilo(de esos que tenían que sobornarlo para poder hacer que saliera de casa), no le había tomado importancias hasta ese momento volteo a ver a su acompañante y este estaba de lo mas tranquilo comiéndose su algodón de azúcar, Arthur trato de relajarse [no puede ser tan malo es solo una atracción] se repetía reiteradas veces en su cabeza, la montaña empezó a subir, Alfred ya se había terminado su algodón y a ahora se entretenía viendo la cara nerviosa y preocupada del inglés, pues este parecía que se tiraría de la vagoneta en cualquier segundo...

—Tranquilo, si tienes miedo puedes abrazarme—le susurro al oído al mayor, este tenía las mejillas rojas de la vergüenza ¿cómo le había convencido ese chico que se montara en esa cosa del mal, cómo?

—Claro y tú puedes violarme— dijo con sarcasmo el anglosajón a lo cual el americano solo atino a reír.

—¿entonces puedo?— sonrió acercándose más al inglés, dejándolo así contra la pared del vagón, la montaña empezó a subir cada vez más alto y los nervios del inglés se hicieron notorios, pues él sabía que todo lo que sube tiene que bajar y eso ero lo que le preocupaba.

—sigue soñando, pequeño moco...— el inglés no puedo continuar la oración pues la montaña había descendido y este se encontraba abrazado fuertemente al de lente que solo le sonrió para responder el abrazo, era la más tierna imagen para el americano, era como ver a un pequeño en su primera subida a la montaña con los ojos cerrados y apretando fuertemente a su "padre", pues en este caso Arthur se encontraba en la misma posición abrazaba todo su cuerpo fuertemente al de lente como si lo estuviera asfixiando , mientras cerraba sus ojos con fuerza deseando que las

"monstruosidad" que asían llamar montaña rusa, se detuviera de una maldita ves, en cuando a Alfred era el segundo día más feliz de su vida (el primero

era cuando Arthur acepto a salir con el claro), y por otra parte tener al inglés casi asfixiándolo encima de el hubiera sido tan malo si no se hubiera comida antes ese algodón de azúcar y empezara a sentir nauseas, la montaña subía, bajaba, daba vueltas, y volvía a subir, ese era el proceso al cual Arthur odiaba por que no se detenía de una maldita ves, luego de las 2 primeras vueltas Arthur empezó a perder el miedo de apoco dándose cuanta así que estaba fuertemente sujetado al cuello del americano y tenía su cabeza hundida en la chaqueta de este, el anglosajón se sonrojo, intenciones de separarse, pero unos fuertes brazos que lo sujetaban lo detenían, respiro profundo tratando de no moverse para que el otro no se diera cuenta, era la situación más vergonzosa que le había pasado en su vida, sintió un fuerte aroma a café el mismo que había sentido la ves pasada, Arthur rozo suavemente la nuca del menor con la punta de los dedos, sintiendo unos cuantos cabezos alborotados, sí que el menor se dirá cuenta cambio la

y todo empezo asi...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora