-Historia editada.-
25 de Febrero del 2004.
Un día común en España, el frío en las calles de la ciudad estaba muy presente debido a la temporada.
Alonso iba muy apresurado a la parada de autobuses para lograr llegar a su primer día en la facultad. El frío viento alborotaba mucho su cabello dándole un toque algo despeinado.
Él vivía en un departamento en el centro de la ciudad de Madrid, junto con su mejor amigo.
Uno de sus sueños siempre había sido estudiar en España, ya que ama la cultural de ese lugar y a la vez, sentía que tendría mejores oportunidades que en su ciudad natal.
Sus padres lo dejaron ir, pero con varias condiciones. Alonso aceptó cada punto sin reprochar, a final de cuentas, uno de sus sueños se realizaría.
Tiene un trabajo de medio tiempo los fines de semana en un bar muy conocido de la ciudad, para ganar algo de dinero. Aunque sus padres lo apoyan con ciertos gastos, él quería también lograr cosas por su propia cuenta.
Al parecer la suerte no iba con el pelirojo esta mañana. Su despertador no había sonado por alguna razón, tampoco hubo agua caliente en su regadera, y para concluir, tuvo que salir sin desayunar por las prisas, teniéndolo de muy mal humor.
Corrió con todas sus fuerzas a la parada, pero aún así no funcionó.
El autobús ya estaba a varios metros, no lo podría alcanzar ni aunque se convirtiera en el mismo Flash.
"Maldición, estúpidos autobuses".
Se quejó.
Si, él amaba esa ciudad.
Resignado, acomodó su mochila colgada a su espalda y se dispuso a tomar el tren.
Ya en la estación, Alonso esperaba a que algún tren se apiadara de su pobre alma y se detuviera justo frente a él.
No tardó mucho en esperar pues ese, ya se encontraba ahí.
Cuando iba en camino a subir, una avalancha de personas comenzaron a entrar y salir, dejándolo en medio de ellos por una buena cantidad de segundos.
Por eso odiaba tomar el tren.
Al fin dentro, se sentó fastidiado y cansado.
"Muéranse". susurró.
Sacó sus audífonos y se dispuso a poner algo de música, pues sería un largo camino.
"Primer día y perderé la primer sesión... que más da."
El tren se detuvo en la siguiente estación, y con ello, entraron algunas personas.
Alonso volteó dando una mirada fugaz sin interés, para después fijar su mirada al cristal.
Pero algo captó su atención, haciendo girar su vista una vez más y enfocarse en una persona en especial.
El chico vestía unos jeans ajustados, playera blanca, zapatos marrón, y un abrigo del mismo tono que estos, el estilo de su cabello era como un ligero despeinado pero se le veía malditamente bien.
La vista del pelinegro se posó por una fracción de segundos en Alonso, provocando que el pelirrojo volteara a otro lado haciéndose el desentendido.
El desconocido solo rió para después sentarse.
Alonso esperó unos segundos y lo buscó sutilmente con la mirada.
El pelinegro se encontraba frente a él.
En este punto, Alonso había olvidado cómo respirar. Rápidamente apartó su mirada y la fijó en su teléfono acalorado.
Se sintió muy pequeño; comparado al desconocido, Alonso vestía simplemente unos jeans negros algo desgastados, una chaqueta que le quedaba algo grande por su tamaño, y unos vans.
Se sentía fuera de lugar, en esos momentos se arrepentía de no usar la ropa nueva que su familia le regaló por lograr entrar a una de las mejores escuelas de España.
Como sea, lo hecho hecho está.
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Thursday. || j. v.
Historia Corta"De estación a estación, de frente tú y yo va y viene el silencio..."
